En el Especial Año Sacerdotal
A solas, de corazón a corazón
Testimonios personales
Galería fotográfica, Perú 09
Concurso "Qué es para ti un sacerdote"
Perú 2010: La próxima edición
Vídeo resumen de esos días (duración: 9:47)
«Vengo a felicitaros por la labor colosal, de promoción humana, que se hace aquí. He dicho de promoción humana y, por lo tanto, no es sólo promoción profesional, material: es también promoción espiritual».
Así se expresaba San Josemaría cuando visitó Cañete en el año 1974, el 13 de julio. Nosotros, una vez más hemos podido constatar cómo siguen siendo realidad en el día a día y nos removemos apreciando la gran labor que están realizando en esas tierras. Pero, vayamos poco a poco
Estampa recuerdo de nuestro viaje a Perú: San Josemaría celebrando la Santa Misa. Misterio luminoso de la Eucaristía en el retablo de la parroquia de San Josemaría en Valencia |
Recién llegados a Lima, se cumplió lo que nos había comunicado el P. Thomas:
«Les recogerán el P. Víctor Manuel (muy bajito y moreno) y el P. José Luis, muy alto y blancón, como dicen por aquí».
Lo que le P. Thomas no señalaba era el afecto y el cariño, expresión del de todos de la Prelatura de Cañete, Yauyos y Huarochirí, que íbamos a experimentar en esos días.
Por la Panamericana, recorrimos junto a la costa, con grandes contrastes en sus diversos tramos, los kilómetros que separan Lima de San Vicente de Cañete. Pudimos descubrir lo que iba a ser natural en estos días: el mosaico de razas existentes en Perú. Contemplábamos indígenas de rostros angulosos, quemados por el sol de los Andes, como pudimos apreciar especialmente en los días en que estuvimos en la Sierra; blancos y mestizos; mulatos de cabellos ensortijados; gente de raza china... También un abanico de profesiones: campesinos, comerciantes, chóferes En todos, un gran corazón que rezumaba cariño y aprecio por todos los costados. Nos habían ganando el corazón.
En Cerro Alegre, nuestro lugar habitual de residencia, nos recibieron el P. Jorge y el P. Armando, prodigando cariño todos los días de nuestra estancia. Nos encontrábamos en casa.
Comenzó la tarea que nos llevaba a esas tierras. Por las tarde íbamos a Playa Hermosa. Visitábamos a las familias, dábamos catequesis, se organizó el campeonato de fútbol, etc. Fueron unos días de intensa pastoral, que permitió que muchas personas se acercaran a los sacramentos y descubrieran luces nuevas para su vida cristiana. Siguiendo la ya instaurada costumbre, celebramos al Señor de Cachuy en Agua Dulce. Nos obsequiaron con una buena sopa seca. Nos dieron lo mejor que tenían, que manifestaba su gran cariño.
Por las mañanas, en los días previos a las vacaciones escolares, fuimos dando clases en los diversos colegios. Algunos se consagraron como maestros Gustavo Blanch, Gustavo Mollá y Juan Martí, Josemaría Escandell, Esteban Boluda, Arturo Monllor- y otros aprendieron pronto y brillaron con luces propias Dani Navarro, Ricardo Casterá y Esteban Zunín, convertido en un virtuoso del micrófono-.
En Cerro Alegre, el especial Año Sacerdotal nos dio la ocasión de plantear un concurso, siguiendo la idea ya tradicional del Centro Académico Romano Fundación: ¿Qué es para ti un sacerdote? A parte de su contenido, se valoraba de modo especial la originalidad y creatividad. Hubo una gran respuesta y se repartieron numerosos premios.
Días después partimos para la Sierra. Las Misioneras de Jesús, Verbo y Víctima, habían preparado pastoralmente varios pueblos para nuestra visita. Se trataba de completar la gran labor que ellas realizan por esos lugares: terminar de preparar para los diversos sacramentos y administrarlos. En esos lugares, todos servían para todo: ir con el megáfono por las calles anunciando nuestra llegada y los horarios de culto, visitar a enfermos, etc.; dar catequesis a los padres de los niños que iba a recibir el bautismo; catequesis de primera comunión; preparación para su próxima boda por la Iglesia, para la Unción de los enfermos, etc. Fueron unos días muy entrañables, donde se palpaba la gracia de Dios.
Lo más habitual era la atención personal o en pequeños grupos. Me venía a mi memoria lo que San Josemaría había dicho en Cañete:
«Habla con cada una en particular: a solas, de corazón a corazón (...). Verás como te responden.»
Efectivamente, funcionó el hablar a solas, de corazón a corazón. Era lo habitual y veíamos cómo se acercaban al sacramento de la penitencia, se preparaban para la primera comunión. Personas de todas las edades. En más de un caso, recibían la Primera comunión junto a la Unción de los enfermos. Conmovía ver la fe de esas gentes y se comprendía con luces nuevas aquel repetir de San Josemaría:
-«Con sólo una persona que haya llevado una vida un poco abandonada, y ahora vuelva, y se confiese, yo no habré perdido el tiempo».
Primera comuniones en Playa Hermosa |
La verdad es que a nosotros nos estaba compensando con creces el tiempo.
Nos habíamos repartido en dos grupos. Unos subirían más alto, pero harían todos los recorridos en coche: en la zona de Viñac, visitando Chocos, Azángaros y Madean. Nos tienen que escribir su experiencia.
El otro grupo, en la zona baja, pero a pueblos sin carreteras. Cobraba actualidad el punto de Camino:
«Desde la cumbre -me escribes- en todo lo que se divisa -y es un radio de muchos kilómetros-, no se percibe ni una llanura: tras de cada montaña, otra. Si en algún sitio parece suavizarse el paisaje, al levantarse la niebla, aparece una sierra que estaba oculta.
»Así es, así tiene que ser el horizonte de tu apostolado: es preciso atravesar el mundo. Pero no hay caminos hechos para vosotros... Los haréis, a través de las montañas, al golpe de vuestras pisadas»
De Catahuasi partimos a Aiza (2.200 metros). Comenzaba nuestro trabajo en un valle muy peculiar. Tienen vestimenta y lengua propia (el Jaqaru o aimara tupino). El Perú es una nación compuesta de numerosos pueblos caracterizados por una gran variedad regional que se comunica en español, quechua, aymara y decenas de lenguas amazónicas. Esas identidades y peculiaridades son el principal activo para el futuro. Están muy orgullosos y celosos de sus tradiciones, muy unidas a la práctica religiosa.
Allí visitamos enfermos, administramos la Unción de los enfermos, hubo bautizos, confesiones y primeras comuniones. También aprendimos que los europeos somos más altos que los peruanos y fuimos probando todos los techos. En su primera experiencia al P. Carlos se le chancaron las lentes. Gustavo batió el record de golpes. Gracias a Dios, fueron golpes sin especiales consecuencias. Con gran dolor por nuestra parte, y dolor no debidos a los coscorrones, no pudimos atender a todos con el tiempo que necesitaban, pero funcionaba lo del corazón a corazón. Se tuvieron grandes conversaciones con un montón de personas. Necesitaban hablar. Hablaban con todos y cada uno, pero la necesidad de confiarse con el sacerdote, queda reflejada en una de las poesías del concurso Qué es para ti un sacerdote
Después de la celebración al Señor de Cahuy en Agua Dulce |
Un Gran Pastor (Poesía)
Eres pastor de mi Iglesia
que predicas el Santo Evangelio,
llevando el mensaje de Cristo
a nuestra humanidad entera.
Te veo domingo a domingo, celebrando la Santa Misa,
donde renuevas el sacrificio
de nuestros Salvador Jesucristo.
Fuiste llamado por Cristo,
por tus virtudes y apostolado
para dar cumplimiento
a su santa misión.
Eres mi guía,
mi fiel amigo,
mi consejero espiritual y
de ti recibo, tu gran bendición.
Autor: Aurora BT.
Al día siguiente, abriendo caminos al golpe de nuestras pisadas (exagerando un poco), llegamos a Tupe (2.830 m). En una guía se describe el pueblo:
Con clima cálido por el día y frío por la noche. Tupe es un pueblo esencialmente ganadero, la abundancia de pastos garantiza la crianza y producción de queso. Sus tierras frías son poco aprovechadas. La agricultura es prácticamente de subsistencia, con una producción esencial de papas, maíz y ocas, alimentación básica de los tupinos.
Pero el rasgo geográfico más resaltante es el tupinachaka o tupe viejo, gigantesca montaña de piedra sólida que se alza a manera d escudo protector de Tupe. Y es en las diversas montañas que lo rodean donde se esconden diversas edificaciones, vestigios de antiguos habitantes y que aún no se investigan.
Los hogares tupinos son bastante sencillos. El aspecto gris de las piedras, material con que son construidos, crean una sensación de melancolía frialdad. Los techos eran de paja, para ser reemplazados hoy por las nada estéticas calaminas. Las cocinas no poseen chimeneas, la quema de leña enrarece el aire del hogar.
La llegada de la energía eléctrica está modificando rápidamente la vida apacible de los tupinos. El acceso a la televisión y los aparatos de DVD generan expectativas en los más jóvenes quienes, al llegar la noche, rodean los hogares que lo poseen para ver películas norteamericanas, muchas de ellas en estreno incluso.
Tupe no está en condiciones de recibir turistas. La población aún no percibe el potencial de atracción que generan sus costumbres. Aquí no hay restaurantes ni ningún otro servicio. A excepción de un hospedaje municipal en condiciones precarias [en el que pasamos las dos noches de nuestra estancia]. Al contrario, Tupe es un destino de interés para el estudio y la observación de una cultura ancestral que perdura en el tiempo.
Cariñosa recepción en Tupe |
Allí, en Tupe, tuvimos el mejor recibimiento de estos días. Se cumplió una vez más aquello de que hay amores que matan: a punto de morir estuvimos, cuando después de toda la caminata de ascenso, tuvimos que bailar en la fiesta de bienvenida. Salimos con vida.
Tupe es un pueblo muy católico, que sin haber tenido nunca carreteras, poseen una gran iglesia, aunque lastimada por el terremoto de hace dos años. También estaban arreglando los desagües que sufrieron bastante con el temblor de la tierra. El número de catequesis, bautizos, confesiones, primeras comuniones, visitas y unciones de enfermos, responsos en el cementerio, etc. iba de aumento en aumento. Estamos seguros que volveremos el año que viene.
El sábado partimos para Colca (2.100 m). Seguíamos en el mismo valle. Colca es un pueblo de unas 20 familias, sin carretera. Las Madres habían construido una iglesia y un mini-convento y lo había derruido. Cuando llegamos no encontramos a nadie. Les habían asustado con nuestra visita. Sin embargo, todo acabó con gran cariño y administramos 4 bautizos y una primera comunión.
El domingo partimos para Catahuasi, pero comiendo en Aiza. Había que descender al río y luego una empinada cuesta. Lo más gracioso es cuando el mulo se espantó y vimos cómo varias mochilas caían por el barranco. Gracias al experto guía pudimos recuperarlas, pero aprendimos una clara lección de la fugacidad de la vida
En Catahuasi las fiestas patronales de San Cristóbal. Fue un no parar. Lo de todas partes, pero acrecentado en número. Misa en el pueblo viejo, con la iglesia derruida. Hacía tiempo que no se celebraba Misa en aquel lugar. Una anciana recordaba la llegada de los primeros sacerdotes a Yauyos. Fue muy entrañable.
Podríamos relatar tantos y tantos acontecimientos, historias, etc. pero bien se podría decir que en estos días hemos podido apreciar lo que se afirma de la traducción del libro de San Josemaría Camino al quechua:
«En esta roca andina, a cuatro mil metros de altura, Camino ha cumplido [el objetivo entrañable de] adentrarse en el corazón de los peruanos para decir, por las veredas de la sierra cotidiana, palabras de santidad».
De corazón a corazón, pero me parece que los que verdaderamente han tocado nuestro corazón y nos han ayudado de un modo inimaginable son los peruanos que hemos podido conocer en estos días. Perú está formado por mil pueblos siempre dispuestos a emprender un camino de fe y esperanza. La fe está presente en su forma de ser, en el encuentro fecundo de las sangres dentro de una geografía de promesa (esperanza). Son creyentes por naturaleza y nos han removido de tal manera que no podemos acabar diciendo lo habitual en estos casos:
- Continuará.
No, no continuará, pues continúa . Ya tenemos un pequeño plan para nuestro Perú 2010 y nuestra vida no es igual antes que después de Perú 2009. Queríamos ayudar en Yauyos a crear un presente lleno de futuro. Nos hemos dado cuenta que también nosotros tenemos que vivir el presente de cada día, con la fe y esperanza de ese pueblo, dispuestos, aunque parezca muy sencillo, a aprender de los peruanos a actuar con decisión y transformar una vida cristiana de la queja, en una vida espiritual de la confianza, la paz y la libertad, para que el verdadero protagonista sea el desarrollo integral del hombre que el Papa Benedicto XVI pide en Caritas y veritate.
Gustavo con los alumnos después de la clase |
Lo importante de un reto no es lanzarlo, sino aceptarlo e ir a por él. Estamos dispuestos a no defraudar a esta gente que hemos descubierto en el corazón a corazón Para ello tenemos grandes maestros, aquellos que pisaron y pisan esas entrañables tierras y se hacen acreedores de la alabanza de San Josemaría:
«Vengo a felicitaros por la labor colosal ( ) que se hace aquí».
¡Ojalá que también nosotros podamos recibir esa aprobación .!
Carlos Cremades
Valencia, 2 de agosto de 2009
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