Con motivo de la Canonización de San Josemaría, Juan Luis Corbín, historiador de la Ciudad de Valencia, escribió el libro "La Valencia que conoció San Josemaría, Fundador del Opus Dei" (Carena Editors, Valencia 2002).
Valencia fue el primer lugar donde se expandió el Opus Dei, fundado en Madrid el 2 de octubre de 1928. Juan Luis Corbín se deleita narrando los lugares que recorrió San Josemaría. Transcribimos el prólogo que escribió el entonces Arzobispo de Valencia, Mons. Agustín García-Gasco.
Para los que conocen Valencia y para aquellos que deseen seguir de cerca los lugares que recorrió el Fundador del Opus Dei, hemos recogido las fotografías del libro. Las fotos de época fueron tomadas del Archivo fotográfico José Huguet. Las de la Valencia actual las realizó Guillermo Fernández Benique (Foto Estudio Guirau, Valencia). La lectura del libro facilitará situarse mucho mejor.
PRÓLOGO ("La Valencia que conoció San Josemaría")
El 20 de abril de 1936 llegó por primera vez a Valencia un joven sacerdote, Josemaría Escrivá, para poner los cimientos en nuestraArchidiócesis de la Obra apostólica que Dios le había hecho ver el 2 de octubre de 1928: el Opus Dei. Lo primero que hizo fue poner en manos de la Santísima Virgen, Madre de los Desamparados, sus afanes de apostolado y el futuro de la labor de la Obra en Valencia. Enseguida fue a ver a Mons. Javier de Lauzurica, Obispo auxiliar de la diócesis, a quien conocía de Logroño, para explicarle con detalle los planes que traía de abrir una residencia para universitarios en la ciudad.
Las circunstancias de la guerra civil no permitieron que comenzara entonces la deseada residencia. Empezó poco tiempo después. En 1939, cuando la vocación al Opus Dei había ya prendido en varios jóvenes valencianos, se abriría el primer centro de la Obra fuera de Madrid. Tratándose de una institución de la Iglesia, que está hoy extendida por los cinco continentes y de la que forman parte miles de hombres y mujeres de las más diversas razas, naciones, culturas y circunstancias sociales, sacerdotes y laicos, es un motivo de honra para la Archidiócesis de Valencia haber sido la primera en la que se difundió el mensaje del Opus Dei fuera de Madrid.
Los primeros pasos de San Josemaría Escrivá en Valencia muestran el talante de toda su vida: la primacía de los medios sobrenaturales para realizar la misión evangelizadora, acudiendo especialmente a la intercesión de la Madre de Dios, y la unión estrechísima con la jerarquía de la Iglesia. Hacía así realidad el lema que venía repitiendo desde los comienzos de la Obra: omnes cum Petro, ad Iesum per Mariam! Todos, con Pedro -unidos al Pastor Supremo de la Iglesia y a los sucesores de los Apóstoles en cada Iglesia particular-, a Jesús por María.
Este libro que relata las diversas estancias de San Josemaría en la diócesis y el ambiente de la ciudad, de sus calles, de sus gentes, en aquellos años, recoge la vida entre nosotros de un santo, canonizado por el Santo Padre Juan Pablo II el pasado día 6 de octubre, que ha enriquecido la vida de la Iglesia valentina con el espíritu con el que Dios había iluminado su alma: el afán por suscitar en el corazón de los cristianos la llamada universal a la santidad. Vocación a la unión con Dios en todos los ambientes y circunstancias de la vida, que el Concilio Vaticano II proclamó años después de manera solemne.
Buscar, encontrar y amar a Cristo en medio de la calle. Como proclamaba San Josemaría,
«somos hombres de la calle, cristianos corrientes, metidos en el torrente circulatorio de la sociedad, y el Señor nos quiere santos, apostólicos, precisamente en medio de nuestro trabajo profesional, es decir, santificándonos en esa tarea, santificando esa tarea y ayudando a que los demás se santifiquen con esa tarea. Convenceos de que en ese ambiente os espera Dios, con solicitud de Padre, de Amigo ...» (Amigos de Dios, núm. 120)
Por esto, el fundador del Opus Dei buscaba el diálogo con Cristo en la calle, en el trabajo, en el quehacer cotidiano, hasta llegar a ser un verdadero "contemplativo itinerante", como lo definió Juan Pablo II. Las calles son testigos de la vida heroica de Josemaría Escrivá, de su lucha por hacer vida propia el mensaje del Evangelio en plenitud.
Esas mismas calles de nuestra ciudad [Valencia, España], que presenciaron su vida santa, son las que recorremos nosotros a diario. Quizá esta realidad es una invitación más, siguiendo su ejemplo, a que nos tomemos en serio nuestra vocación de cristianos. Su presencia entre nosotros, en lugares tan conocidos y familiares, ha de suponer también un acicate para acudir a su intercesión ante Dios con más confianza. Quien manifestó tanto amor por Valencia, no dejará de escuchar la oración de los valencianos.
Para escribir la historia de San Josemaría Escrivá y recordar aquella Valencia que conoció, nadie mejor que Juan Luis Corbín, experto como ninguno en la historia de nuestras calles y testigo del desarrollo del Opus Dei en nuestra Archidiócesis desde sus primeros años. A la sensibilidad de su mirada, que nos hace fijarnos en detalles que forman la memoria histórica de la ciudad y su riqueza más duradera, ha sabido unir en este trabajo un alma verdaderamente sacerdotal, que sabe valorar la hondura e importancia del mensaje de Escrivá para toda la Iglesia.
Espero que la lectura de estas páginas suscite en todos el deseo de imitar la entrega generosa de San Josemaría a la llamada de nuestro Padre Dios a una vida cristiana coherente y comprometida con la apasionante tarea de evangelización que nuestra sociedad reclama.
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