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Una vida nueva
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Una vida nueva

Yeo-haeng-ja
  • Público apropiado: Jóvenes-adultos
  • Valoración moral: Adecuada
  • Año: 2012
  • Dirección: Ounie Lecomte
Contenidos: ---

Dirección y guion: Ounie Lecomte. Países: Corea del Sur y Francia. Año: 2009. Duración: 92 min. Género: Drama. Interpretación: Kim Sae-ron (Jinhee), Park Do-yeon, Ko Ah-sung, Park Myeong-shin, Oh Man-seok. Producción: Laurent Lavolé, Lee Chang-dong, Lee Ha-Dong y Lee Jun-dong. Fotografía: Kim Hyun Seok. Montaje: Kim Hyun-joo. Diseño de producción: Baek Kyung-in. Distribuidora: Paco Poch Cinema. Estreno en España: 21 Septiembre 2012.

Reseña:

Excelente película autobiográfica de una directora francesa, sobre las niñas de un orfanato en Corea.

Comienza con la crónica de los últimos días durante los que que Jinhee, una niña de nueve años, convive con su progenitor antes de que éste la abandone sin despedirse de ella en un orfanato de Seúl regentado por monjas. La niña ve pasar los días con la esperanza de que su padre vuelva a recogerla y, mientras tanto, crea una nueva familia con sus nuevas amigas con las que comparte juegos y experiencias divertidas y trascendentales para su crecimiento y educación. Cuando algunas de sus compañeras se van, consiguen el sueño de entrar a formar parte de una nueva familia aunque, a veces, les entristece separarse del resto. Por eso, Jinhee decide, por un lado, reinventar su propia historia y, por otro, mostrarse silenciosa y ausente con sus potenciales nuevos papás para evitar afrontar una nueva separación.

   La directora, francesa de origen surcoreano, debutó en 2009 con esta preciosa y premiada película autobiográfica, cercana a grandes obras de Yimou como Ni uno menos o El camino a casa. Con un guion muy visual, lleno de conmovedores silencios y sustanciales diálogos, Lecomte despliega una detallista puesta en escena, de bellísima fotografía, que capta hasta el último gesto significativo de las sufridas niñas protagonistas, todas ellas con una veracidad apabullante.

Además, aunque no ahonda demasiado en las motivaciones del padre de Jinhee ni en el catolicismo de las monjas y cuidadoras del orfanato, Lecomte muestra un elogioso respeto hacia sus caritativas y pacientes actitudes, y exprime dramáticamente —con resultados altamente emotivos— el poderoso simbolismo de la imagen de la Virgen del patio del orfanato o del grito de Jesucristo en la cruz —traducido como “¡Padre mío, Padre mío! ¿Por qué me has abandonado?”—, que el sacerdote glosa en la homilía de una Misa. En fin, una pequeña joya, dolorosa en su sobrio realismo, pero formalmente bellísima, e inspiradora en su apertura a la esperanza. Es una lástima que su modesto estreno seguramente la haga pasar desapercibida. (Pantalla90 JJM/ Almudí JD)