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Dirección: Walter Hill. País: USA. Año: 2012. Duración: 92 min. Género: Acción, thriller. Interpretación: Sylvester Stallone (James Bonomo, alias “Jimmy Bobo”), Christian Slater (Marcus Baptiste), Adewale Akinnuoye-Agbaje (Robert Nikomo), Jason Momoa (Keegan), Sarah Shahi (Lisa Bonomo), Sung Kang (Taylor Kwon), Jon Seda (Louis), Brian van Holt (Ronnie Earl), Holt McCallany (Hank Greely), Weronika Rosati (Lola). Guion: Alessandro Camon; basado en la novela gráfica “Du plomb dans la tête”, escrita por Matz e ilustrada por Colin Wilson. Producción: Alfred Gough, Alexandra Milchan, Miles Millar, Joel Silver y Kevin King Templeton. Música: Steve Mazzaro. Fotografía: Lloyd Ahern. Montaje: Tim Alverson. Diseño de producción: Toby Corbett. Vestuario: Ha Nguyen. Distribuidora: eOne Films Spain. Estreno en USA: 1 Febrero 2013. Estreno en España: 22 Marzo 2013.
Reseña:
Jimmy Bobo (Sylvester Stallone) es un implacable sicario de Nueva Orleans. Tras su último trabajo, sufre un ataque inesperado por parte de Keegan (Jason Momoa), una imparable máquina de matar, que ejecuta sin contemplaciones al compinche de Bobo (Jon Seda). Ansioso de venganza, Jimmy se ve obligado a colaborar con Taylor Kwon (Sung Kan), un honesto detective de la policía, no muy acostumbrado a los métodos expeditivos. Ambos pondrán en peligro sus vidas al sumergirse en la corrupción política y policial de la ciudad.
A partir de la popular novela gráfica “Du plomb dans la Tête” —escrita por Matz (Alexis Nolent) e ilustrada por Colin Wilson—, el septuagenario Walter Hill (“Límite: 48 horas”, “El último hombre”, “Invicto”) dirige con su buen pulso habitual este intenso thriller de acción, descaradamente planteado para la reconsolidación de Sylvester Stallone como estrella del género. El cineasta californiano logra su objetivo gracias a una correcta dirección de actores y a una rigurosa puesta en escena, vistosa en sus secuencias espectaculares, y sugerente en sus incursiones en el cine negro, no exentas de cierto humor del mismo color. Pero el conjunto se devalúa por la escasísima originalidad del guión de Alessandro Camon —muy previsible en sus machadas y carente de perspectiva ética respecto a la venganza—, así como por la obscena sordidez de algún pasaje y un tratamiento de la violencia demasiado brutal. Para los incondicionales de la serie B. (Cope J. J. M.)