Dirección: Adam Shankman.
País: USA.
Año: 2002.
Duración: 101 min.
Interpretación: Shane West (Landon Carter), Mandy Moore (Jamie Sullivan), Peter Coyote (Reverendo Sullivan), Daryl Hannah (Cynthia carter), Lauren German (Belinda), Clayne Crawford (Dean), Al Thompson (Eric), Paz De La Huerta (Tracie), Jonathan Parks Jordan (Walker), Matt Lutz (Clay Gephardt).
Guión: Karen Janszen; basado en la novela de Nicholas Sparks.
Producción: Denise Di Novi y Hunt Lowry.
Música: Mervyn Warren.
Fotografía: Julio Macat.
Montaje: Emma E. Hickox.
Diseño de producción: Douglas Hall.
Dirección artística: Lynwood Taylor.
Vestuario: Douglas Hall.
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Un paseo para recordar es una historia de adolescentes norteamericanos y es la película con la que la joven cantante Mandy Moore se estrena en el cine. En general, estos dos detalles serían un buen motivo para evitar la película, pero sería un error dejarse llevar por ese prejuicio.
El guión arranca de un modo convencional: un grupo de adolescentes estúpidos prepara y ejecuta un bromazo. Shane West encarna a Landon Carter, guapo gamberro, líder de popularidad del instituto, siempre rodeado de bellas y estúpidas compañeras y de los sujetos menos recomendables de la escuela. Ahora bien, la última hazaña de Landon Carter sale mal, casi mata a un compañero y él se ve obligado a hacer tareas de voluntario social y entrar en el grupo de teatro local, so pena de expulsión.
Ninguna sorpresa hasta el momento. Pero entonces entra en escena el patito feo del instituto, Jamie Sullivan (Mandy Moore), hija única del reverendo local y reina de la impopularidad de la escuela porque tiene convicciones religiosas, saca buenas notas, no luce el tipo y canta en el coro de la iglesia de su padre. Lo que va a suceder a continuación es previsible, pero sorprende el modo en que ocurre. Resulta que Jamie no es una joven monjil y apocada, sino una chica con personalidad y simpatía. Resulta también que el romance tiene mucho de verosímil: a Landon le cuesta tratar a esta persona, le cuesta valorarla, le cuesta dejar a sus amigotes. Resulta también que el predicador, excelente Peter Coyote, aunque no sea partidario de un romance juvenil, y menos de su hija con ese individuo, tampoco se cierra en banda, y cuando ve que el joven va en serio y se esfuerza en mejorar, abre la mano. Resulta también que Mandy Moore actúa bien, con naturalidad, y que la película no es un pretexto para ponerla a cantar. Resulta, en definitiva, que tenemos adolescentes menos estúpidos de los que suele pintar Hollywood, para los que la virtud, aunque ardua, puede compensar y no ser necesariamente el atributo de los tímidos y apocados.
Si recordamos que el director Adam Shankman se atrevió hace un par de años a realizar Planes de boda, y que la novela en que está basada Un paseo para recordar la escribió Nicholas Sparks, autor de Mensaje en una botella, podemos hacernos una idea de los límites y aspiraciones de esta historia sencilla, que tiene un par de caídas de tensión y una gran dosis de azucar, por una vez aceptable. El mensaje es gratificante: una chica con fe cambia a un bala perdida. (Bloggermania / Almudi FC)