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Tres mentiras

Tres mentiras

Tres mentiras
  • Público apropiado: Adultos
  • Valoración moral: Con inconvenientes
  • Año: 2014
  • Dirección: Ana Murugarren

Contenidos: Imágenes (algunas X), Ideas (deformación de la vida religiosa F)

Dirección: Ana Murugarren. País: España. Año: 2014.Duración: 94 min. Género: Drama, thriller. Interpretación: Nora Navas (Violeta), Mikel Losada (Ángel), Lander Otaola, Carmen San Esteban, Marta Castellote, Azucena Trincado, Olatz Ganboa. Guion: Luis Marías. Producción: Joaquín Trincado.Música: Javier López de Guereña. Fotografía: Jon Gaizka Bourgeaud Zarandona.Distribuidora: World Line CinemaEstreno en España: 12 Septiembre 2014.

Reseña:

Niños robados

   Primer largometraje de ficcion como realizadora deAna Murugarren, veterana montadora y responsable del documental Ésta no es la vida privada de Javier Krahe.

    En Tres mentiras, Violeta, una tatuadora treintañera se enfrenta a la muerte de su madre, pero ésta le confiesa que en realidad no es hija suya, sino que la compró a una siniestra organización. Decidida a aclarar su pasado, Violeta investiga el asunto, relacionado con una institución que alojaba a jóvenes embarazadas de bebés no deseados en los años 70.

   Aborda el tema de las adopciones ilegales de niños robados. Aunque Tres mentiras no reconstruye hechos reales, el guión del veterano Luis Marías (Mensaka) combina elementos de los casos que han sacudido a la opinión pública cuando han salido publicadas en los periódicos.

   Se aprecia cierto esfuerzo por darle tridimensionalidad a los personajes. Contribuyen a ello algunos miembros del reparto, como la siempre valiosa Nora Navas, actriz que logra hacer de carne y hueso a la protagonista, una mujer en busca de sus raíces. En el caso de Carmen San Esteban, a pesar de su solidez dramática, no consigue hacer creíble a su personaje, Sor Inés, una monja con un lado heroico y desprendido (capaz de dar la cara por una joven maltratada) pero que por otro lado es una especie de monstruo que cae en el ridículo, sobre todo en una secuencia en la que se flagela al estilo de El código Da Vinci.

   A ratos, Tres mentiras capta el interés, pero gran parte del metraje no acaba de enganchar ni de resultar creíble. Finalmente, no llega a la altura de la serie Niños robados, en torno a la misma temática. (Decine21 / Almudí JD) LEER MÁS