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The Hulk

The Hulk

  • Público apropiado: Todos
  • Valoración moral: Adecuada
  • Año: 2003
  • Dirección: Ang Lee
The Hulk.Ang Lee.Guión: John Turman, Michael France y James Schamus. Intérpretes: Eric Bana, Jennifer Connelly, Nick Nolte, Sam Elliot, Josh Lucas, Brooke Langton. Mike Erwin. 112 min. Jóvenes. Ang Lee y un superhéroe de cómic. El director de Comer, beber, amar y Tigre & Dragón, y un personaje de la cultura pop norteamericana. La combinación suena atrevida, aunque este tipo de desafíos no son ajenos al director taiwanés, que entregó una buena adaptación de Jane Austen (Sentido y sensibilidad) y una afilada radiografía del desmadre norteamericano de los años 70 (La tormenta de hielo). Aquí, de la mano de su guionista y colaborador habitual James Schamus, se sumerge de lleno en una película con todas las características, a priori, del típico blockbuster veraniego: adaptación de un cómic muy popular, gran presupuesto, espectaculares efectos especiales... Pero Lee es Lee, y no se conforma con una película cualquiera. Y para alguien que dice haberse inspirado, al concebir el film, en la mitología griega, cabe decir que ése es precisamente su talón de Aquiles. De entrada, Lee es muy fiel a su fuente, el cómic de Marvel ideado por Stan Lee y Jack Kirby. Bruce Banner es un científico que accidentalmente sufre los efectos de una radiación. A partir de ese momento, cuando tiene un arranque de ira, su entera persona se transforma en Hulk, una enorme criatura verde de fuerza descomunal. Alrededor de esta premisa, un guión ambicioso trata de abarcar demasiados temas: el turbio pasado familiar de Bruce Banner y la dificultad que éste tiene pare entenderse con su ex novia Betty Ross, el lado iracundo que todos escondemos (el modo de abordarlo bascula entre el psicoanálisis y su concepto de represión, y tratamientos literarios clásicos como Dr. Jekyll y Mr. Hyde), los experimentos genéticos, las patentes comerciales, la búsqueda de nuevas armas para los ejércitos… Y en torno a todo ello Lee se esfuerza en mostrar los miedos personales, el desconocimiento propio, la oscuridad en la que, piensa él, se desenvuelve el común de los mortales. Es una bonita idea dotar a Hulk de resonancias de tragedia griega. Pero Lee yerra en el intento. El esfuerzo por conjugar una historia de cierta densidad con las escenas deslumbrantes que se esperan de un film de este tipo no está logrado. Ni se definen a fondo los personajes, ni los pasajes de acción pueden calificarse de memorables. La criatura verdosa convence sólo a ratos: sus paseos saltarines en el desierto parecen recién salidos de un videojuego. Tampoco se entiende la decisión de Lee de dividir la pantalla, en algunos pasajes, en numerosos cuadrantes con distintos puntos de vista de la acción. Asegura el director que es su modo de capturar la estética de viñetas propia del cómic; pero, francamente, medios de expresión distintos exigen técnicas distintas; y ese split más bien distrae. Empieza planteando con interés el tema de la ingeniería genética y la experimentación con hombres, en lo que tiene de límites y consecuencias éticas, pero acaba siendo un tebeo. No tiene graves inconvenientes morales. (Aceprensa- JV,CR).