Un relato épico e intimista sobre la esperanza, la tragedia y el amor al inicio de la Gran Guerra, adaptado de la novela del autor escocés Lewis Grassic Gibbon.
Se trata de una mirada a la sociedad rural escocesa anterior al estallido de la Primera Guerra Mundial, sobre todo a la granja de los Guthrie, y aún más específicamente a la hija, Chris. La reflexión sobre el paso del tiempo y el entorno familiar, tantas veces opresivo, coincide con los intereses temáticos de su director y guionista, el británico Terence Davies. Aquí es Gibbon el que le ofrece la oportunidad de recrear su visión de las cosas con una preciosa fotografía.
El entorno atávico y opresivo lo representa Peter Mullan, el personaje del patriarca insensible que ejerce una paternidad poco responsable en casi todos los aspectos le viene al pelo. Su numerosa familia sufre las consecuencias, aunque la esposa haya aguantado lo indecible, y también el hijo mayor.
Cuando una serie de avatares dejan a Chris sola al frente de la granja familiar, parece que las cosas podrían ser diferentes, existe la posibilidad de un matrimonio por amor, una maternidad más gozosa, y un trabajo mejor llevado.
Pero siempre hay sucesos, como una guerra, que pueden trastocar la felicidad, y lo que deriva de ellos hay que saber encajarlo del mejor modo posible, para seguir viviendo. Con una fotografía y reparto espléndidos, Terence Davies mete el dedo en la miseria moral de la sociedad. (Almudí JD). Decine21: AQUÍ