Contenidos: Imágenes (algunas V, X)
Reseña:
Año de producción: 2011
País: Alemania
Dirección: Andres Veiel
Intérpretes: August Diehl, Lena Lauzemis, Alexander Fehling, Thomas Thieme, Imogen Kogge, Michael Wittenborn, Susanne Lothar, Maria-Victoria Dragus
Guión: Andres Veiel, Gerd Koenen
Música: Annette Focks
Fotografía: Judith Kaufmann
Distribuye en Cine: Golem
Duración: 128 min.
Género: Drama, Histórico
Generación muy perdida
Se nota que Veiel fue psicólogo antes que cineasta. Adopta la posición de terapeuta y ahonda en el marco político-histórico y sociológico, y en las fortalezas y debilidades de los protagonistas.
El documentalista alemán Andres Veiel afronta en su primer largometraje uno de los episodios más sangrantes de la historia reciente de Alemania: el nacimiento, desarrollo y fin de la banda terrorista Baader Meinhof durante los años 60.
A principios de los sesenta, Bernward Vesper y su compañera de universidad Gudrun Ensslin viven una apasionada historia de amor en la sofocante atmósfera de la Alemania Occidental de provincias. Muy sensibles a la inquietud de la época, la fogosa pareja se pregunta sobre el papel que tuvieron sus respectivos padres durante el III Reich. Creen profundamente en el poder de la palabra escrita y fundan una editorial dedicada a publicar trabajos políticos controvertidos: «Si no somos nosotros, ¿quién? Si no es ahora, ¿cuándo?» Pero su descontento con el mundo que les rodea influye en su relación. A finales de los sesenta, Gudrun se une a la causa proviolenta del rebelde Andreas Baader, y Bernward arriesga su salud mental tomando drogas psicodélicas en un intento de escribir la novela que cambiará el mundo.
Andres Veiel escribe y dirige este film desesperanzado, que incide en la influencia decisiva de una generación en los que les suceden, sobre todo cuando la primera ha fallado en cuestiones morales esenciales. Verdaderamente da qué pensar la pareja protagonista, jóvenes con ideales pero que vagan sin rumbo claro, convertidos en un manojo de contradicciones, hasta el punto de que metas bienintencionadas pero abstractas hacen olvidar a los seres más cercanos, a los que se descuida y se hace daño. El horror nazi da paso así a otro vacío existencial, donde las razones para seguir viviendo se desdibujan, a la injusticia y las faltas de amor se acaba respondiendo con una actuación autodestructiva.
Falta equilibrio a la interesante propuesta de Veiel, algo larga y reiterativa, y demasiado explícita a la hora de recalcar los tumbos que dan los personajes en su búsqueda del amor libre. El interés de la historia queda diluido por una narración excesivamente lineal y premiosa, a la que le cuesta avanzar, y un excesivo hincapié en el desorden moral que acompañó a esa época. Los actores están bien (Decine21 / Almudí JD). LEER MÁS