Contenidos: Imágenes (varias S), Diálogos (frecuentes D), Ideas (familias desestructuradas, amoralidad F)
Dirección y guion: Judd Apatow. País: USA. Año: 2012. Duración: 134 min. Género: Comedia. Interpretación: Paul Rudd (Pete), Leslie Mann (Debbie), Megan Fox (Desi), Albert Brooks (Larry), Jason Segel (Jason), John Lithgow (Oliver), Iris Apatow (Charlotte), Maude Apatow (Sadie), Melissa McCarthy (Catherine), Chris O’Dowd (Ronnie), Robert Smigel (Barry), Annie Mumolo (Barb). Producción: Judd Apatow, Barry Mendel y Clayton Townsend. Música: Jon Brion. Fotografía: Phedon Papamichael. Montaje: Brent White. Diseño de producción: Jefferson Sage. Vestuario: Leesa Evans. Distribuidora: Universal Pictures International Spain. Estreno en USA: 21 Diciembre 2012. Estreno en España: 22 Febrero 2013.
Reseña:
Conocido por sus comedias sexuales y escatológicas (“Virgen a los 40”, “Lío embarazoso”, “Hazme reír”...), pero sobre todo por su trabajo como productor de películas taquilleras de trazo grueso (“Supersalidos”, “Superfumados”, “Hermanos por pelotas”, “Todo sobre mi desmadre”, “La boda de mi mejor amiga”...), el guionista y director neoyorquino Judd Apatow retoma a los personajes Pete y Debbie, de “Lío embarazoso” (2007), para ofrecer una especie de “spin-off”. Ahora Pete y Debbie ya están casados, tienen dos hijas y están preparando el cuarenta cumpleaños de ambos. Pero la crisis amenaza por todos los flancos: el económico, el familiar, el sentimental, el físico y el psicológico.
Escrita, producida y dirigida por Apatow, la película está protagonizada por su mujer, Leslie Mann, y sus hijas Maude e Iris Apatow. En el rol de Pete está Paul Rudd, “alter ego” de Apatow, que ya interpretó su personaje en “Lío embarazoso”. La película sigue la ruta trazada por toda la filmografía precedente de Apatow, y ahora quiere entrar en los secretos de un matrimonio que vive la crisis de los cuarenta. A pesar del tono cómico del filme, de sus gags hilarantes y de lo zafio de sus bromas, lo cierto es que, pensada dos veces, es profundamente deprimente. Hace un retrato del matrimonio espeluznante: realmente los personajes están unidos por lazos tan frágiles que es milagroso que Pete y Debbie sigan juntos. Tratan de salir adelante aplicando recetas de manual de autoayuda saldado, dan muestras de inmadurez crónica y han sucumbido a todos los reclamos de una hastiada y aburrida sociedad postcapitalista: entrenadores espirituales, dietas sanas, enganche a las series televisivas, obsesión por la pasión sexual, terapias, culto al cuerpo... En el origen, dos familias disfuncionales: padres divorciados, vueltos a casar y, en ambos casos, un antimodelo. Larry, el padre de Pete (Albert Brooks), es como un niño pequeño, frívolo e irresponsable, que tiene tres hijos por fecundación in vitro de su nueva esposa. El padre de Debbie (John Lithgow), que la abandonó de pequeña, trató de rehacer su vida con otra mujer, y le va muy mal.
Lo que plantea el filme es que, en medio de esa inconsistencia personal, y de esa ausencia de verdaderos horizontes ideales, merece la pena tirar hacia delante. Y ese final, que parece exaltar la maternidad (y seguramente lo haga), no es más que un empujón para avanzar otro tramo en la relación. El diagnóstico, que puede ser el mismo que cintas como “Blue Valentine”, carece de la seriedad de aquella, y aquí el envoltorio es tan escatológico, que acaban cayéndote mal los personajes y su intrínseca crutez. (Cope J. O.)