Contenidos: Imágenes (algunas V)
Reseña:
Año de producción: 2009
País: Polonia
Dirección: Rafal Wieczynski
Intérpretes: Adam Woronowicz, Marek Frackowiak, Zbigniew Zamachowski, Radoslaw Pazura, Joanna Szczepkowska, Maja Komorowska, Marta Lipinska
Guión: Rafal Wieczynski
Música: Pawel Sydor
Fotografía: Grzegorz Kedzierski
Distribuye en Cine: European Dreams Factory
Duración: 137 min.
Género: Biográfico, Histórico
El héroe de Solidaridad
El polaco Rafał Wieczyński rinde homenaje a un héroe que nunca quiso serlo, un sacerdote brutalmente asesinado en 1984.
Jerzy Popieluszko fue un carismático sacerdote polaco que se convirtió en un héroe de la lucha por la libertad del sindicato Solidaridad. En 2010, fue beatificado por el papa Benedicto XVI, en Varsovia. Su figura había inspirado una correcta cinta, Conspiración para matar a un cura, rodada en inglés por la también polaca Agnieszka Holland, con Christopher Lambert y Ed Harris como protagonistas, que si bien seguía a grandes trazos la historia real, cambiaba los nombres de los personajes. También existe un poco conocido telefilm británico, The Deliberate Death of a Polish Priest, con Brian Cox.
En esta ocasión, otro compatriota, Rafal Wieczynski reconstruye la interesante historia de Popieluszko, en polaco, con un estricto respeto a los hechos reales. Muestra el acercamiento del protagonista al sindicato en un momento en el que éste ha intensificado sus protestas contra el régimen satélite de la Unión Soviética, que decreta la ilegalidad de Solidarnosc, impone la ley marcial y sofoca brutalmente las pacíficas concentraciones de los ciudadanos. En este contexto, Popieluszko reivindica los valores que están siendo reprimidos en sus valiosas homilías de los domingos, que acaban siendo masivas. Desde ese momento, el régimen le considera un peligroso y molesto enemigo del comunismo.
Se nota la inexperiencia del director porque sus secuencias no son brillantes, pero sí son lo suficientemente eficaces como para hacer avanzar la historia. De esta forma, el montaje y la fotografía son rudimentarios y televisivos, pero no desentonan, mientras que los actores resultan creíbles. A pesar de todo, la cinta adquiere una gran intensidad, pues divulga una época de la historia reciente de Polonia quizás no lo suficientemente conocida, sobre todo fuera de ahí. Es muy notable que el cardenal Glemp haya accedido a representar su propio papel, precisamente para reparar el escaso apoyo que, según él mismo, prestó a Popiełuszko en su momento. No es el único que se representa a sí mismo. A pesar de su corte algo televisivo, la película es un monumento a la memoria histórica europea (Decine21 / Almudí JD). LEER MÁS