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Pájaros de papel

Pájaros de papel

Pájaros de papel
  • Público apropiado: Jóvenes
  • Valoración moral: Con inconvenientes
  • Año: 2010
  • Dirección: Emilio Aragón
Contenidos: Imágenes (algunas V), Diálogos (algunos D)

Reseña:

Año de producción: 2010
País: España
Dirección: Emilio Aragón
Intérpretes: Imanol Arias, Lluís Homar, Roger Príncep, Carmen Machi, Fernando Cayo, Javier Coll, Emilio Aragón "Miliki", José Ángel Egido, Luis Varela, Asunción Balaguer
Guión: Emilio Aragón, Fernando Castets
Música: Emilio Aragón
Fotografía: David Omedes
Distribuye en Cine: Fox
Duración: 115 min.
Género: Drama

Cómicos para después de una guerra 
El polifacético Emilio Aragón debuta como director con una película fácil y sensiblera, de tintes autobiográficos.   

    “Pájaros de papel” es la historia de un grupo de artistas de vodevil después de que la guerra les haya quitado todo menos el hambre. El músico Jorge del Pino, el ventrílocuo Enrique Corgo, la cupletista Rocío Moliner y el huérfano Miguel forman, junto a otras almas perdidas, una curiosa familia que intenta vivir y pelear cada día como cualquier otra, con sus miserias y sus alegrías, con el aliciente de su música y sus canciones. 

    Y a falta de pan, buenos les resultan los aplausos. Entre vencedores y vencidos buscan, más que una oportunidad en la vida, algo que comer o un lugar donde dormir. Pero antes de lo que se imaginan, son puestos a prueba y tienen que tomar decisiones que se convierten en una cuestión de supervivencia.

    Emilio Aragón, a pesar de contar con la colaboración de un experto guionista se equivoca al narrar una historia  que, aunque pretende ser humana y emotiva, peca de sentimental, facilona y superficial. (Almudí JD)

    Decepción. El debut en el largo de Emilio Aragón no se salda con el resultado apetecido, no conmueve a pesar del enorme esfuerzo de producción, una estupenda recreación de época. Resulta difícil saber si el guión de Aragón y Fernando Castets era coherente sobre el papel, pero en la pantalla es una mezcolanza de intenciones desequilibrada e increíble, a la que no ayuda nada la enfática partitura musical, obra también del director. 

    Está claro que en esta línea son filmes más logrados ¡Ay, Carmela! y Viaje a ninguna parte. Aunque desde el punto de vista ideológico, se intenta no cargar las tintas en la cuestión de las dos Españas, la cosa se escora en el sentido imaginable, con bromas que acaban cansando, por la reiteración.(Decine21) LEER MÁS