Contenidos: Imágenes (varias X), Ideas (visión muy superficial del sexo F)
Dirección: Shana Feste.País: USA. Año: 2014. Duración: 104 min. Género: Drama, romance. Interpretación: Alex Pettyfer (David Elliot), Gabriella Wilde (Jade Butterfield), Robert Patrick (Harry), Bruce Greenwood (Hugh), Rhys Wakefield (Keith), Joely Richardson (Anne), Emma Rigby (Jenny). Guion: Shana Feste y Joshua Safran, basada en la novela de Scott Spencer.Producción: Scott Stuber, Pamela Abdy, Josh Schwartz y Stephanie Savage. Música:Christophe Beck. Fotografía: Andrew Dunn. Montaje: Maryann Brandon. Diseño de producción: Clay A. Griffith. Vestuario: Stacey Battat. Distribuidora: Universal Pictures International Spain. Estreno en USA: 14 Febrero 2014. Estreno en España: 11 Julio 2014.
Reseña:
Tímida, sin experiencia y traumatizada por la muerte de su carismático hermano mayor, Jade Butterfield (Gabriella Wilde) es una joven de familia adinerada, que está a punto de iniciar sus estudios de Medicina en una prestigiosa universidad. Un año mayor que ella, David Elliott (Alex Pettyfer) es un chico divertido y cariñoso, aunque arrastra un doloroso pasado.
Es huérfano de madre e hijo del modesto mecánico Harry (Robert Patrick), con el que se está planteando trabajar, pues carece de dinero para pagarse unos estudios universitarios. Durante el verano posterior a su graduación, Jade y David se enamoran perdidamente, lo que provoca la firme oposición del padre de ella, el prestigioso Doctor Hugh Butterfield (Bruce Greenwood), y la perplejidad de su madre, la ex escritora Anne Butterfield (Joely Richardson).
Basado también en la novela “Endless Love” (1979), del estadounidense Scott Spencer, este plano y previsible “remake” de la película “Amor sin fin” (1981), del italiano Franco Zefirelli, cae en casi todos los clichés de los melodramas más convencionales. No es mala la puesta en escena de la californiana Shana Feste (“El mejor”, “Country Strong”); y la joven pareja protagonista y unos veteranos secundarios se esfuerzan en dotar de alma a sus personajes.
Pero no logran disimular plenamente las muchas debilidades y carencias del guion de Shana Feste y Joshua Safran, a ratos muy previsible en su actualización del “Romeo y Julieta” de Shakespeare, tosco en sus puntos de inflexión y con una visión muy superficial del sexo, lo que resta romanticismo al conjunto.
El caso es que a la película le falta la intensidad visual y dramática de la película de Zefirelli, y le sobran un montón de situaciones mil veces vistas y de diálogos afectados y poco veraces. Eso sí, es elogiable la sugerente selección de baladas románticas que completa la correcta banda sonora de Christophe Beck. (Cope J. J. M.)