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Dirección: Saverio Costanzo. Países: Italia, Alemania y Francia. Año: 2010. Duración: 118 min. Género: Drama, romance. Interpretación: Alba Rohrwacher (Alice), Luca Marinelli (Mattia), Martina Albano (Alice de niña), Arianna Nastro (Alice adolescente), Tommaso Neri (Mattia de niño), Vittorio Lomartire (Mattia adolescente), Isabella Rossellini (Adele). Guion: Paolo Giordano y Saverio Costanzo; basado en la novela de Paolo Giordano. Producción: Mario Gianani, Philipp Kreuzer y Anne-Dominique Toussaint. Música: Mike Patton. Fotografía: Fabio Cianchetti. Montaje: Francesca Calvelli. Diseño de producción: Marina Pinzuti Ansolini y Rinaldo Geleng. Vestuario: Antonella Cannarozzi. Distribuidora: Alta Classics. Estreno en Italia: 10 Septiembre 2010. Estreno en España: 27 Marzo 2013.
Reseña:
Alice y Mattia han sufrido tragedias que les han marcado desde la infancia: un accidente de esquí en el caso de Alice (Martina Albano), que le ha producido una cierta cojera; y en el caso de Mattia (Tommaso Neri), la pérdida de su hermana gemela. Cuando, de adolescentes, Alice (Arianna Nastro) y Mattia (Vittorio Lomartire) se encuentran en los pasillos del instituto, cada uno de ellos reconoce en el otro su propio dolor. Mientras van creciendo, sus destinos se entrelazan en una amistad especial, hasta que Mattia (Luca Marinelli), tras doctorarse en Física, decide aceptar un puesto de trabajo en el extranjero. Esto le obliga a separarse de Alice (Alba Rohrwacher) durante muchos años, hasta que una serie de acontecimientos volverá a reunirlos, haciendo que afloren sus emociones ocultas.
Esta discutida adaptación de la famosa novela de Paolo Giordano se asienta dramáticamente en esa idea de que, entre los números primos —sólo divisibles por 1 y por ellos mismos—, hay algunos aún más especiales: los números primos gemelos. Son parejas de números primos que están muy cercanos, pero entre ellos media siempre un número par que los impide tocarse. Números como el 11 y el 13, el 17 y el 19, o el 41 y el 43. En torno a esa consideración de los protagonistas, Alice y Mattia, como números primos gemelos, giran todas las idas y venidas del guión por su infancia, adolescencia y madurez.
Sobre el papel, la idea era buena, pero su concreta plasmación fílmica deja mucho que desear. A diferencia de la novela, de desarrollo lineal, la película tarda mucho en desvelar las motivaciones íntimas de los dos singulares personajes, que aparecen durante gran parte del metraje como dos colgados y raritos, muy distanciados del espectador. A mitad de metraje, el enfoque se entona. Pero, para entonces, el espectador está ya un poco cansado de ver sufrir a Alice y Mattia, por más que estén muy bien interpretados en cada etapa de sus vidas. Tampoco la densa y esmerada puesta en escena de Saverio Costanzo (“Private”, “In memoria di me”) logra levantar el vuelo de la película, que queda así como una lúgubre rareza, fría y retorcida, más psicoanalítica que moral, en torno a la soledad, el amor y las tragedias de la infancia. (Cope J. J. M.)