Contenidos: Imágenes (algunas V; 11'26''-11'34'', 20'04''-21'38'', 25'51''-26'17'' S) Diálogos (6'03''-6'06''; 42'34'' D)
Dirección: Alberto Rodríguez. País:España. Año: 2014. Duración: 105 min. Género: Acción, drama,policiaco, thriller. Interpretación: Raúl Arévalo (Pedro), Javier Gutiérrez (Juan), Antonio de la Torre (Rodrigo), Nerea Barros (Rocío), Salva Reina (Jesús), Jesús Castro (Quini), Manolo Solo (periodista), Jesús Carroza. Guion: Rafael Cobos y Alberto Rodríguez. Producción: Mercedes Gamero, José Antonio Félez, Mikel Lejarza, José Sánchez Montes y Mercedes Cantero. Música:Julio de la Rosa. Fotografía: Alex Catalán. Montaje: José M.G. Moyano. Vestuario:Fernando García. Distribuidora: Warner Bros. Pictures International España. Estreno en España: 26 Septiembre 2014.
Reseña:
Misterio en las marismas
El sevillano Alberto Rodríguez continúa la estela de su anterior trabajo, Grupo 7, en otro film policíaco, que también se desarrolla hace unas décadas en el sur de España, y que nuevamente está rodado con un estilo naturalista.
En La isla mínima, dos jóvenes hermanas han desaparecido en un pueblecito de las marismas del Guadalquivir en 1980. Para investigar el asunto viajan al lugar dos policías madrileños de personalidades contrapuestas, Pedro, representante de la nueva hornada de la policía democrática, y Juan, agente de la vieja escuela, que no duda en utilizar métodos violentos si necesita conseguir información para resolver el caso.
De nuevo Rodríguez ejerce como coguionista con Rafael Cobos. El dúo supera ampliamente su anterior trabajo, cuyo punto más débil residía precisamente en un libreto que a pesar de despertar el interés y describir muy bien a los personajes, se estancaba rápidamente y se volvía reiterativo.
Por contra, La isla mínima desarrolla con mayor fortuna una trama policíaca muy clásica que en realidad sirve de mera excusa para la descripción social de la época, un momento histórico en el que España es una democracia, pero aún está anclada en el pasado. El film muestra una España rural marcada por las reivindicaciones de los jornaleros, la marginación a la mujer, la extrema pobreza y otros problemas. Sólo cabe achacarle que ofrece una imagen exageradamente tenebrosa y negativa del pasado de España, más en consonancia con la mayoría del cine patrio que con la ofrecida por cineastas como David Trueba enSoldados de Salamina y Vivir es fácil con los ojos cerrados, por poner algún ejemplo.
Pero por lo demás, Rodríguez le saca mucho partido a un presupuesto limitado, pues con pocos elementos compone una esmerada ambientación, y como es habitual en su cine hace gala de una enorme imaginación visual, como queda patente en los planos cenitales de las localizaciones. Se luce en diversos momentos, como la persecución nocturna de un Dyane 6, un tiroteo en medio de una intensa lluvia y otras secuencias de altura.
En el apartado interpretativo Rodríguez vuelve a recurrir al gran Antonio de la Torre, que demuestra que no hay papel pequeño, aunque ha quedado relegado a un rol muy secundario, el padre de las secuestradas, al que le pone una enorme intensidad. Como es habitual, Raúl Arévalo se muestra sumamente eficaz como poli bueno. Aunque aparecen muchos intérpretes destacados como Manolo Solo (El laberinto del fauno) como periodista carroñero muy bien defendido, en La isla mínima roba por completo la función Javier Gutiérrez, conocido por su rol de graciosete en Águila roja, inmenso en un papel completamente opuesto, lleno de dramatismo, pues encarna al otro protagonista, el poli malo, un tipo de turbio pasado, pero al que logra humanizar y dotar de matices. Decine21 / Almudí JD. LEER MÁS