películas
La hija de mi mejor amigo

La hija de mi mejor amigo

The Oranges
  • Público apropiado: Adultos
  • Valoración moral: Desaconsejable
  • Año: 2013
  • Dirección: Julian Farino
Contenidos: Imágenes (algunas X), DiáIogos (varios D) Ideas (hedonismo, adulterio, frivolidad F)

Dirección: Julian Farino. País: USA. Año: 2011. Duración: 91 min. Género: Comedia romántica. Interpretación: Hugh Laurie (David Walling), Leighton Meester (Nina Ostroff), Adam Brody (Toby), Allison Janney (Carol Ostroff), Alia Shawkat (Vanessa), Catherine Keener (Paige Walling), Oliver Platt (Terry Ostroff), Boyd Holbrook (Circle), Sam Rosen (Ethan). Guion: Ian Helfer y Jay Reiss. Producción: Anthony Bregman, Leslie Urdang y Dean Vanech. Música: Klaus Badelt y Andrew Raiher. Fotografía: Steven Fierberg. Montaje: Carole Kravetz y Jeffrey M. Werner. Diseño de producción: Dan Davis. Vestuario: David C. Robinson. Distribuidora: Tripictures. Estreno en España: 14 Diciembre 2012.

Reseña:

Caprichoso amor

   The Oranges. Una urbanización en una zona residencial de Nueva Jersey. Dos familias íntimas, los Walling y los Ostroff, tienen sendos chalets enfrentados, a ambos lados de la calle. Comparten vivencias, comidas, barbacoas, etc. Los maridos, David y Terry, son los mejores amigos, y por supuesto, Carol Ostroff sueña con casar a su hija Nina con el hijo mayor de los Walling, Toby, que trabaja en una multinacional. Pero Nina Ostroff es una joven díscola, que ha decidido vivir al margen de los planes casamenteros de su madre, dándose la buena vida en la costa oeste. Sin embargo, cuando descubre que su noviete le engaña, Nina decide regresar a la casa paterna para disfrutar del Día de Acción de Gracias. Una vez en Nueva Jersey pondrá todo patas arriba cuando mantiene un affaire no precisamente con Toby, sino con su padre David. La hija pequeña de los Walling, Vanessa, que sueña con ser diseñadora de interiores, observa cómo las dos familias se empiezan a desmoronar.

   Bajo el planteamiento, ya poco original, de mostrar las cuitas privadas de familias pudientes que viven en una aparente felicidad, el director Julian Farino, especializado en series televisivas, se lanza a la gran pantalla para ofrecer una comedia entretenida pero que va claramente de más a menos. La infelicidad, viene a decir, se arregla con olvidar las mínimas reglas de la convivencia y dejarse llevar por el capricho. Ni que decir tiene que las cosas no son tan simples, pero el film deja caer claramente que romper con la rutina y hacer alguna grave tontería puede ser beneficioso para la madurez de padres e hijos. (Decine21 / Almudí JD) LEER MÁS

   En esta tragicomedia familiar, el londinense Julian Farino (“Inadaptados y peligrosos”) desaprovecha un reparto estupendo y un prometedor punto de partida por culpa de la falta de perspectiva moral del guión de Ian Helfer y Jay Reiss. En efecto, aunque desarrollan el argumento con buen ritmo, y lo trufan de golpes de humor eficaces, miran con demasiada superficialidad y complacencia los conflictos dramáticos de los personajes, sin profundizar en las raíces hedonistas e individualistas de su demencial perplejidad moral. Este tono frívolo acaba por alejar a los personajes del espectador y transforma en irritantes algunas de las supuestas gracias a costa de la tragedia descrita. Además, en tal proceso, dos personajes decisivos, los hermanos Toby y Vanessa Walling —esta última, narradora de la historia— quedan demasiado desdibujados, pues se pierden durante una buena parte del metraje. Eso sí, son magníficas las canciones incidentales que completan la banda sonora de Klaus Badelt y Andrew Raiher. (Cope Jerónimo José Martín)