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Hara-Kiri: Muerte de un samurái
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Hara-Kiri: Muerte de un samurái

Ichimei
  • Público apropiado: Adultos
  • Valoración moral: Con inconvenientes
  • Año: 2012
  • Dirección: Takashi Miike
Contenidos: Imágenes (varias V)

Dirección: Takashi Miike. País: Japón. Año: 2011. Duración: 126 min. Género: Drama. Interpretación: Ebizô Ichikawa (Hanshirô), Kôji Yakusho (Kageyu), Eita (Motome), Hikari Mitsushima (Miho), Naoto Takenaka. Guion: Kikumi Yamashishi; basado en la novela “Ibun rônin-ki”, de Yasuhiko Takiguchi. Producción: Toshiaki Nakazawa y Jeremy Thomas. Música: Ryûichi Sakamoto. Fotografía: Nobuyasu Kita. Montaje: Kenji Yamasahita. Diseño de producción: Yuji Hayashida. Vestuario: Kazuko Kurosawa. Distribuidora: Avalon. Estreno en Japón: 15 Octubre 2011. Estreno en España: 15 Agosto 2012

Reseña:

La tragedia del samurái

   La película “Hara-kiri, muerte de un samurái”, de Takashi Miike, narra la historia de Hanshirô, un samurái que llega a la residencia de un clan con la intención de terminar con su vida llevando a cabo el ritual del hara-kiri. El líder del clan intenta disuadirlo contándole la trágica historia de Motome, un joven que, poco tiempo atrás, llegó a ese lugar con las mismas intenciones.

   Magnífica película del director nipón Takashi Miike, quien cada vez se va consolidando más como uno de los directores japoneses más completos. En Hara-Kiri: Muerte de un samurái ha regresado de nuevo a esa atmósfera medieval del mundo de los samuráis y el resultado es muy notable. Probablemente estamos ante su mejor película.

   Miike despliega su historia de manera muy, muy pausada, adoptando el estilo narrativo del cine japonés clásico. Cine de gestos, de miradas leves, de pocas palabras. El mundo retratado en Hara-Kiri: Muerte de un samurái es el de un tiempo legendario, un modo de vida donde las relaciones personales apenas se expresan explícitamente. Eso no quiere decir que los sentimientos más hondos no ardan dentro de los personajes. La familia protagonista de esta historia es un ejemplo claro. Desprenden una humanidad enorme, y eso hace que sus renuncias, sus heroísmos cotidianos, su existencia amorosa, su sacrificio y su vida terriblemente dura penetre en la conciencia del espectador... Y también que así, tras contemplar el terrible final de uno de ellos, la tragedia se masque, esté latente, hirviendo a fuego lento, durante todo el film.

   Hara-Kiri: Muerte de un samurái tiene una puesta en escena tan sobria y sencilla que empuja únicamente a la contemplación de los sentimientos humanos. Tal concepción de la historia, en conjunción con la poderosísima fuerza del guión enlaza este film de Miike con la llamada trilogía del samurái dirigida por su compatriota Yoji Yamada, y en especial con la extraordinaria El ocaso del samurái. En efecto, la historia se sitúa en ese mundo donde la vida samurái ha ido perdiendo su sentido. En tiempos de paz sólo han quedado rituales vacíos y el honor de antaño se ha convertido en una simple palabra, en un "adorno" como dice Hanshiro, de modo que se han olvidado las virtudes que deberían acompañarlo y consolidarlo, como el amor, la piedad y la compasión. El modo contundente con que Takashi Miike habla de esta cuestión adopta la trazas de una tragedia griega absolutamente desgarradora (Decine21 / Almudí JD). LEER MÁS