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Reseña:
Año de producción: 2010
País: Alemania, Tanzania
Dirección: Lorenz Knauer
Guión: Lorenz Knauer
Música: Christian Heyne, Wolfgang Netzer
Fotografía: Richard Ladkani
Distribuye en Cine: Wanda
Duración: 107 min.
Género: Documental, Biográfico
Vida y enseñanzas de una activista
Hace casi 25 años, la Dra. Jane Goodall, una prestigiosa primatóloga y naturalista que tiene ahora 77 años, renunció a su carrera científica para dedicar su tiempo y sus energías a una misión: salvar nuestro planeta. Mientras esta carismática mujer nos muestra su vida, podemos verla en África con sus queridos chimpancés; también en sus viajes alrededor del mundo dedicados a divulgar un mensaje de esperanza para las generaciones futuras.
Documental que recoge la vida y las actividades de la británica Jane Goodall (1934), que lleva 25 años dedicada exclusivamente a concienciar a la población mundial de la necesidad de salvar la naturaleza. El documental, coproducido por Alemania y Tanzania, está escrito y dirigido por el muniqués Lorenz Knauer, buen conocedor del género para medios televisivos. El resultado, sin ser memorable, es sin duda inspirador y ejemplar, como su protagonista y desde luego supone un aldabonazo a las conciencias acerca de lo que cada uno puede hacer para evitar que las generaciones futuras mantengan viva la esperanza de que el planeta no está perdido y podemos mejorarlo.
Pero no es todo Tanzania en la vida de Goodall. La protagonista explica cómo tres días en una reunión internacional en Estados Unidos cambiaron su vida y le llevaron a dar un giro de 360 grados respecto a su implicación con los animales. En ese congreso fue consciente del sufrimiento, crueldad y aniquilamiento con fines comerciales de los animales a los que ella tanto amaba, de modo que, de la noche a la mañana, se convirtió en activista. Y que su intención es bien pura lo demuestra el hecho de darse cuenta -y tomar cartas en el asunto- de que para que la naturaleza cambie lo primero es que los humanos han de poder vivir dignamente, se les ha de ayudar a poder subsistir sin pobreza, miseria y desesperanza. Sólo así ellos podrán respetar después la naturaleza y sus dones.
El documental va de más a menos. La época romántica de la selva, del mundo desconocido de los animales, de la vida de la propia protagonista, es mucho más sugerente cinematográficamente que la mera crónica de una activista ecológica, por muy loable que sea su empeño. Es inevitable que esta última faceta, concretada en múltiples actividades, acabe cansando por su similitud y carácter netamente instructivo. Lo que no quita que en algún momento -como en la reserva india de Dakota del sur- la emoción se adueñe del espectador (Decine21 / Almudí JD). LEER MÁS