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El retorno de los malditos

El retorno de los malditos

The Hills Have Eyes II
  • Público apropiado: Adultos
  • Valoración moral: Desaconsejable
  • Año: 2007
  • Dirección: Martin Weisz
Dirección: Martin Weisz
Intérpretes: Jessica Stroup, Reshad Strik, Michael McMillian, Daniella Alonso, Lee Thompson Young, Ben Crowley, Eric Edelstein, Michael Bailey Smith.
Guión: Wes Craven, Jonathan Craven
Música: Trevor Morris
Fotografía: Sam McCurdy
Distribuye en Cine: Fox
Duración: 89 min.
Género: Terror

Llega la Guardia Nacional 

    El francés Alexandre Aja se perfiló como un imaginativo director con su debut en Hollywood, el violento film de terror Las colinas tienen ojos, remake de un film de Wes Craven. Aunque el guión era bastante sencillo ?una familia perdida en el desierto intentaba sobrevivir a unos monstruosos seres?, Aja componía vibrantes secuencias de suspense que mantenían en vilo al espectador. 

    En la forzosa secuela, Aja fue despedido por desavenencias con Craven y sustituido por otro recién llegado al cine estadounidense, el alemán Martin Weisz, que en su país natal dirigió Rohtenburg, basada en el caso real de un antropófago que contactó con su víctima a través de internet. 

    Curiosamente, el argumento se aparta de la continuación del original, que fue dirigida también por Craven, en la que las criaturas perseguían a un grupo de aficionados al motocross. Esta vez, Craven ha escrito con su hijo Jonathan una nueva historia. Los protagonistas son un pelotón de soldados de la Guardia Nacional, en busca de unos científicos nucleares desaparecidos en la zona desértica donde acechan los engendros aludidos, convertidos en mutantes por culpa de antiguos experimentos atómicos.

El clásico cineasta Howard Hawks comentó que decidió rodar Río Bravo como respuesta a Solo ante el peligro, pues no entendía cómo era posible que el sheriff interpretado por Gary Cooper pidiera ayuda para hacer su trabajo. Pues bien, Hawks se tiraría de los pelos si viera a los protagonistas de este film, unos manifiestos incompetentes que no llegan a resultar creíbles y que parecen ir sucumbiendo por su propia torpeza: pierden el casco, se separan del grupo, o actúan como auténticos imbéciles. 

    Los actores no ayudan, pues no hablan ni se mueven como deberían hacerlo sus personajes, sino que a ratos parecen universitarios organizando una fiesta. Los protagonistas de Pequeña Miss Sunshine habrían tenido más posibilidades de escapar de las criaturas. Los diálogos son muy pobres y el tal Weisz es un cineasta muy inferior a su predecesor, por lo que no consigue en ningún momento que la cosa funcione. No merece la pena verla. (decine21 / Almudí JM-JD)