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Dirección: Bill Condon. Países: USA y Bélgica. Año: 2013. Duración: 128 min. Género: Thriller. Interpretación: Benedict Cumberbatch (Julian Assange), Daniel Brühl (Daniel Domscheit-Berg), Anthony Mackie (Sam Coulson), David Thewlis (Nick Davies), Alicia Vikander (Anke), Peter Capaldi (Alan Rusbridger), Carice Van Houten (Birgitta), Stanley Tucci (James Boswell), Laura Linney (Sarah Shaw), Dan Stevens (Ian Katz). Guion: Josh Singer; basado en los libros “Inside WikiLeaks”, de Daniel Domschit-Berg; y el libro de The Guardian “WikiLeaks”, de David Leigh y Luke Harding. Producción: Steve Golin y Michael Sugar. Música: Carter Burwell. Fotografía: Tobias A. Schliessler. Montaje: Virginia Katz. Diseño de producción: Mark Tildesley. Vestuario: Shay Cunliffe. Distribuidora: Tripictures. Estreno en USA: 18 Octubre 2013. Estreno en España: 18 Octubre 2013.
Reseña:
La tecnología lo cambia todo
Julian Assange y Daniel Domscheit-Berg crean WikiLeaks, una plataforma que permite denunciar de forma anónima y filtrar información secreta, iluminando los oscuros recovecos de los secretos gubernamentales y crímenes corporativos. No tardan en revelar más noticias que todas las organizaciones de comunicación más prestigiosas del mundo juntas. Pero cuando Assange y Berg obtienen acceso a la mayor cantidad de documentos confidenciales de la historia de los servicios de inteligencia de los Estados Unidos, se enfrentan a una de las cuestiones claves de nuestro tiempo: ¿cuál es el coste de guardar secretos en una sociedad libre y cuál es el coste de exponerlos?
Estamos ante una cinta que maneja abundante información y puntos de vista sobre un episodio de la historia reciente, y el guión de Josh Singer, bregado en la serie televisiva El ala oeste de la Casa Blanca, se las arregla para que no nos perdamos en la maraña de información, y disfrutemos de un relato que puede hacer pensar en Todos los hombres del presidente, o más reciente en el tiempo, y también con la revolución tecnológica bien presente, La red social. Junto a una foto bastante completa de lo ocurrido, hay una buena definición de personajes, y jugadas inteligentes, como la escena final, en que el propio Assange (su “alter ego” Benedict Cumberbatch) opina sobre la película y los libros publicados sobre WikiLeaks.
Quizá el principal acierto del film es no erigirse en juez implacable de unos y otros. De modo que se pinta el idealismo que mueve a los activistas de WikiLeaks, aunque sin dejar de señalar el vértigo que les proporciona su recién estrenado poder, que puede conducir a egocentrismo algo despiadado o a plantearse la necesidad de marcarse ciertos límites. Se señalan las consecuencias que puede tener la publicación de información confidencial, incluso en lo relativo a poner vidas en peligro. O se plantea la redefinición de los medios de comunicación tradicionales por la llegada de nuevos agentes informativos que operan con reglas nuevas, y ante los que cabría exhibir ciertos estándares de superioridad moral aplicados en el pasado, prácticas como el contraste de la información con varias fuentes y su protección. (Decine 21 / Almudí JD) LEER MÁS