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El profesor (Detachment)
Destacada

El profesor (Detachment)

Detachment
  • Público apropiado: Adultos
  • Valoración moral: Con inconvenientes
  • Año: 2013
  • Dirección: Tony Kaye
Contenidos: Imágenes (algunas V, X), Diálogos (algunos D)

Dirección: Tony Kaye. País: USA. Año: 2011. Duración: 100 min. Género: Drama. Interpretación: Adrien Brody (Henry Barthes), Marcia Gay Harden (Carol Dearden), Christina Hendricks (Sarah Madison), Bryan Cranston (Sr. Dearden), William Petersen (Sr. Kepler), Tim Blake Nelson (Sr. Wiatt), Betty Kaye (Meredith), Sami Gayle (Erica), Lucy Liu (Dra. Doris Parker), Blythe Danner (Sra. Perkins), James Caan (Charles Seaboldt). Guion: Carl Lund. Producción: Bingo Gubelmann, Benji Kohn, Carl Lund, Chris Papavasiliou, Greg Shapiro y Austin Stark. Música: The Newton Brothers. Fotografía: Tony Kaye. Montaje: Peter Goddard. Diseño de producción: Jade Healy. Vestuario: Wendy Schecter. Distribuidora: Golem. Estreno en USA: 16 Marzo 2012. Estreno en España: 31 Octubre 2012.

Reseña:

El sustituto

   En “El profesor (Detachment)”, Adrien Brody interpreta a Henry Bathes, un profesor que posee un auténtico don para conectar con los alumnos. Pero Henry prefiere ignorar su talento. Al trabajar como profesor sustituto, nunca permanece bastante tiempo en un centro como para mantener una relación afectiva con sus alumnos o sus compañeros. Cuando llega a un instituto donde una frustrada administración ha conseguido volver totalmente apáticos a los alumnos, Henry no tarda en convertirse en un ejemplo a seguir para los adolescentes. Descubre que tiene una conexión emocional con los alumnos, con los otros profesores y con una adolescente a la que recoge en la calle. Por fin se da cuenta de que no está solo en su desesperada búsqueda de la belleza en un mundo aparentemente falto de amor y lleno de maldad.

   El inglés Tony Kaye deslumbró en 1998 con American History X, una singular historia de educación y racismo a cuento de la seducción del nazismo, pero luego casi se puede decir que desapareció del mapa, aunque hizo en 2006 un debatido documental sobre el aborto en Estados Unidos, Lake of Fire. Ahora vuelve con El profesor (Detachment), una magnífíca muestra de ese interesante subgénero dramático que es el cine del mundo de la educación, con un guión del desconocido debutante Carl Lund.

   De El profesor (Detachment) se puede decir que es de todo menos convencional. Tiene un magnífico protagonista, que permite a Adrien Brody hacer su mejor interpretación desde que ganara el Oscar con El pianista; y la selección de secundarios, algunos muy conocidos sobre todo en televisión, es perfecta. Su estructura narrativa es original. La cinta prensenta un rico mosaico que es paradójicamente realista, casi documental, pero también onírico y estilizado, artístico. Algo que hace de El profesor (Detachment) una película inolvidable es que pinta personas y sus problemas, y los reconoces, aquello desprende el buen aroma del verismo (Decine21 / Almudí JD) LEER MÁS

   En “El profesor”  Kaye vuelve a mostrar el lado oscuro del “sueño americano”, con un fatalismo quizás excesivo, pero enormemente lúcido en su retrato de las espeluznantes secuelas del individualismo hedonista en padres, alumnos, profesores y políticos. Un patético materialismo práctico, que vuelve a instaurar el dominio del más fuerte y condena a los débiles a la marginación, la soledad y la desesperación. La película adquiere una sobresaliente potencia emocional gracias a la cruda veracidad interior del vigoroso guión del debutante Carl Lund, más eficaz que la dureza exterior de la puesta en escena, a menudo incómoda, aunque también desbordante de autenticidad gracias a las excelentes interpretaciones de todos los actores, y especialmente de la joven Christina Hendricks y de un Adrien Brody pletórico, en su mejor trabajo desde “El pianista”. En fin, un certero puñetazo en el mismo estómago de la destructiva ideología dominante, algo limitado por su falta de trascendencia religiosa, pero luminoso en su constatación del poder redentor del amor verdadero —es decir, generoso y desinteresado—, y en todo caso necesario como terapia de choque (Cope J.J.M.)