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Reseña:
Año de producción: 2010
País: Alemania, Italia
Dirección: Jo Baier
Intérpretes: Bruno Ganz, Elio Germano, Erika Pluhar, Andrea Osvárt, Nicolò Fitz-William Lay
Argumento: Tiziano Terzani (Libro), Folco Terzani (Libro)
Guión: Folco Terzani, Ulrich Limmer
Música: Ludovico Einaudi
Fotografía: Judith Kaufmann
Distribuye en Cine: Karma Films
Duración: 98 min.
Género: Biográfico, Drama
Cosas que importan
Plúmbea película basada en un libro, que interpreta un genial Bruno Ganz.
Tiziano Terzani (1938-2004) es un anciano aquejado de un cáncer terminal, retirado con su esposa alemana Angela en una casa de Orsigna, en la Toscana italiana, lejos del mundanal ruido, un paraje de incomparable belleza. Como corresponsal de prensa en el sudeste asiático y padre de dos hijos, la experiencia de los años le ha regalado cierta sabiduría que le hace estar en paz consigo mismo y con el mundo. Ahora que la vida se va, llama junto a sí a su hijo Folco para escribir con su ayuda un libro de conversaciones, un legado para su familia, pero también para el mundo, desea transmitir lo que ha aprendido en su caminar terreno, del que acepta la proximidad del final.
Jo Baier, con ayuda del propio hijo de Tiziano Terzani, Folco Terzani, y de Ulrich Limmer, también productor, acomete la difícil empresa de trasladar a la pantalla un libro de más de 400 páginas, larga conversación sobre lo divino y lo humano, donde se presentan ideas sobre el sentido de la vida.
La trayectoria de Terzani padre es muy atractiva, porque es la de un hombre honrado, en busca de la verdad y el sentido de las cosas, con ideas propias. Está claro que su experiencia en India y China le marcó enormemente, y gran parte de su pensamiento se enmarca en la espiritualidad oriental. Quizá es su cosmovisión se echa en falta alguna alusión al cristianismo, al fin y al cabo su marco cultural original, apenas se menciona a la Madre Teresa de Calcuta como un referente; algo más dice en el libro, pero sabe a poco, no hay lugar a la consideración de un Dios personal amoroso.
Mantener el interés en un film claramente discursivo, cuyo meollo son las consideraciones de un anciano, recabadas sobre todo por su hijo Folco, y con la intervención en un segundo plano de la esposa Angela y la hija Saskia, resulta harto difícil. La forma de lograrlo es, por supuesto, la grandísima interpretación que entrega del protagonista un irreconocible y gigante Bruno Ganz, que logra interesarnos con sus agudas observaciones. También ayuda el moverse con pequeñas excursiones, un paisaje de montañas hermosamente fotografiado (Decine21 / Almudí JD). LEER MÁS