Dirección y guion: Santiago Mitre. País: Argentina. Año: 2011. Duración: 111 min. Género: Drama. Interpretación: Esteban Lamothe (Roque), Romina Paula (Paula), Ricardo Felix (Acevedo), Valeria Correa (Valeria). Producción ejecutiva: Agustina Llambi Campbell y Fernando Brom. Música: Los Natas. Fotografía: Gustavo Biazzi, Soledad Rodriguez, Federico Cantini y Alejo Maglio. Montaje: Delfina Castagnino. Dirección artística: Micaela Saiegh. Vestuario: Marisa Urruti. Distribuidora: Surtsey Films. Estreno en Argentina: 1 Septiembre 2011. Estreno en España: 2 Agosto 2013.
Reseña:
Militancia universitaria
Roque Espinosa es un joven del interior que llega a Buenos aires para cursar sus estudios universitarios. No pasa mucho tiempo hasta que se da cuenta de que no está ahí para estudiar. Sin vocación y sin rumbo, se dedica a deambular por la facultad, a hacerse amigos, a conocer chicas. Una de ellas, Paula, una profesora adjunta de la facultad, es quien lo introduce en la militancia política. Roque empieza a asistir a las reuniones de su agrupación, a relacionarse con los otros miembros. Conoce a Alberto Acevedo, un viejo político retirado. Junto a él, Roque aprende los códigos de la política y a manejarse como un dirigente estudiantil, y siente que por fin ha encontrado su vocación, que la política es su Universidad.
Debut como realizador del argentino Santiago Mitre. Sorprenden en un primer momento, por el ritmo dinámico, las entregadas interpretaciones de los poco experimentados protagonistas y por su acertada denuncia de los entresijos actuales de la política, que parece consistir en una sucesión de traiciones, robos, disputas sin sentido, sexo interesado y hasta enfrentamientos a golpes, sin que aparezca por ningún lado la vocación de servicio al ciudadano que en teoría debe guiar a los que optan por este camino. El estudiante, de Santiago Mitre tiene críticas acertadas, por ejemplo al marxista de manual desfasado que no sabe salirse de su 'catecismo' se hable de lo que se hable.
Se agradece además que El estudiante, de Santiago Mitre arroje una mirada positiva y esperanzadora. Pero sus más de dos horas de metraje acaban resultando excesivas. Además, se repite una voz en off que se justifica para explicar la enorme cantidad de siglas de asociaciones universitarias que aparecen en la cinta, pero que se revela como un elemento muy poco cinematográfico.
(Decine21 / Almudí JD) LEER
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