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El bosque

El bosque

El bosc
  • Público apropiado: Jóvenes-adultos
  • Valoración moral: Con inconvenientes
  • Año: 2012
  • Dirección: Óscar Aibar
Contenidos: Imágenes (varias S)

Dirección: Óscar Aibar. País: España. Año: 2012. Duración: 98 min. Género: Drama, fantástico. Interpretación: Àlex Brendemühl (Ramón), Maria Molins (Dora), Pere Ponce (Coixo), Tom Sizemore (Pickett), Josep Maria Domènech (Fusteret), Benjamin Nathan-Serio (brigadista). Guion: Albert Sánchez Piñol. Producción: Ramon Vidal. Música: Albert García Demestres. Fotografía: Mario Montero. Montaje: Bernat Vilaplana. Dirección artística: Irene Montcada. Distribuidora: Emon. Estreno en España: 14 Diciembre 2012.

Reseña:

Tiempos oscuros

   El bosque (El bosc) tiene como protagonista a Ramón, que cuando era un niño escuchaba a su padre advertirle de que no se acercara a unas misteriosas luces que aparecen dos veces al año cerca de la masía familiar en Matarraña (Bajo Aragón). Cuando estalla la Guerra Civil en 1936, las milicias toman el poder en la zona, y Ramón tiene que esconderse, no por motivos ideológicos, sino porque Coixo, destacado vecino anarquista, está enamorado de Dora, su esposa. Ramón decide separarse temporalmente de ella y de su bebé, para comprobar si las luces del bosque son una entrada a otra dimensión, como los suyos siempre han creído.

   Aibar logra un sugerente arranque, y ofrece una visión del conflicto –tan explotado por el cine español– mucho más equilibrada de lo habitual, documentando la cruda realidad de que en muchas ocasiones personas sin escrúpulos aprovecharon aquella guerra –como ha ocurrido siempre en todas las demás– para resolver rencillas personales escudados en supuestos ideales nobles.
Pero pronto queda de manifiesto que el cuento no da para un largometraje, y la trama se estanca y se alarga innecesariamente.(Decine21 / Almudí JD) LEER MÁS

   El reparto es interesante. Cabe destacar la intensidad interpretativa de Alex Brendemühl, y de Pere Ponce como antagonista. También aportan al conjunto la brillante sencillez de María Molins y la fuerte presencia del estadounidense Tom Sizemore, a quien ya vimos en “Salvar al soldado Ryan” y “Heat”. Sin embargo, queda algo pobre la mezcla de acentos y su doblaje. Por su base literaria, la película termina con elementos de fábula. La moraleja es evidente: cuando uno se encuentra desesperado o ahogado en una realidad que amenaza con destruir su integridad o su persona, la fantasía o el acceso a lo sobrenatural —tanto ficticio como transcendental—se ofrece como refugio de liberación y sanación. (Cope, Marta García Outón).