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Dirección: David Marqués. País:España. Año: 2014.Duración: 83 min. Género:Drama. Interpretación:Hugo Silva (Pasca), Megan Montaner(Adela), Elio González (Toni), Juan Codina (Fonsi), Lucía Álvarez (Gloria), Enrique Arce (Colomo), Miriam Benoit (Carmela), Ricard Sales (Mario), Víctor Palmero (Jano). Guion:David Marqués, con la colaboración de Rafael Calatayud Cano; basado en un relato de Jesús Martínez Balmaseda. Producción: Kiko Martínez. Música: Mario de Benito.Fotografía: Eva Díaz Iglesias. Montaje: Jota Aronak. Dirección artística: Salvador López. Vestuario: Ana María Bernal. Distribuidora:Festival Films. Estreno en España:10 Octubre 2014.
Reseña:
Pasado y futuro
Pasca, cuarentón, ex boxeador, malvive ahora trabajando de sparring en un gimnasio de Vallecas, en Madrid. Vive con su hermano Toni, atado a una silla de ruedas debido a un accidente. El mejor amigo de Pasca es otro ex boxeador, Fonsi, que se ha dado a la bebida y está a punto de perder a su familia. La vida de Pasca es pobre de perspectivas, parece un callejón sin salida. Pero la imprevista irrupción de Adela, una chica dicharachera y vitalista, supondrá una bocanada de aire puro en la gris existencia de Pasca.
Más que correcto drama español dirigido por David Marqués (Aislados) –en colaboración con Rafa Montesinos–, quien firma su mejor trabajo hasta la fecha. Marqués retrata personajes perdedores, de baja extracción social, pero mantiene el equilibrio a la hora de alejarse de tópicos y extremismos que alejen su historia de la realidad.
Los personajes de Dioses y perros resultan creíbles, personas que luchan cada día por salir adelante, con serios traumas afectivos, problemas económicos, laborales, familiares. Sin embargo no hay regocijo en ese triste estado de cosas sino un claro optimismo acerca del futuro y de la capacidad de los seres humanos de elegir el buen camino, por muy lamentable que haya sido su pasado.
Falta quizá algo más de enjundia en la trama, momentos que aporten mayor fuerza y redondeen el conjunto, pues el espectador tiene la sensación de que algo gordo va a pasar y ese algo no acaba de llegar con la contundencia esperada. Esto tiene que ver probablemente con el look ambiental del film, muy similar al de Alacrán enamorado; sin embargo, al contrario que ese film, Marqués opta por el drama realista, más centrado en problemas cotidianos, y deja de lado la acción más cinematográfica.
Por otra parte, aunque hay grosería verbal, los diálogos están cuidados, bien escritos, a menudo con toques de humor, bordados por un actor que demuestra que es mucho más que una cara bonita. En efecto, gran parte del apañado resultado de esta película es la presencia de Hugo Silva, que encarna a un personaje ricamente perfilado, sufriente, que le va como anillo al dedo, más alejado del estilo frívolo y canalla que emplea en otros papeles. (Decine21 / Almudí JD) LEER MÁS