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Dirección: Derek Cianfrance. País: USA. Año: 2013. Duración: 140 min. Género: Drama, thriller. Interpretación: Ryan Gosling (Luke), Bradley Cooper (Avery Cross), Eva Mendes (Romina), Ray Liotta (Deluca), Rose Byrne (Jennifer), Bruce Greenwood (Bill), Ben Mendelsohn (Robin), Dane DeHaan (Jason). Guion: Derek Cianfrance, Ben Coccio y Darius Marder. Producción: Lynette Howell, Sidney Kimmel, Alex Orlovsky y Jamie Patricof. Música: Mike Patton. Fotografía: Sean Bobbitt. Montaje: Jim Helton y Ron Patane. Diseño de producción: Inbal Weinberg. Vestuario: Erin Benach. Distribuidora: Tripictures. Estreno en USA: 29 Marzo 2013. Estreno en España: 6 Septiembre 2013.
Reseña:
Vidas paralelas
El director de “Blue Valentine” vuelve a ofrecernos un intenso drama con Ryan Gosling como protagonista junto a otro de los actores de moda, Bradley Cooper.
En “Cruce de caminos (The place beyond the pines)”, un misterioso y mítico piloto de motos, Luke (Ryan Gosling), sale del carnaval ambulante Globe of Death y recorre como un rayo los callejones de Schenectady (Nueva York) buscando desesperadamente a una antigua amante, Romina (Eva Mendes), que en secreto acaba de dar a luz a su hijo. En un intento de mantener a su nueva familia, Luke abandona su vida en el carnaval y comete una serie de atracos a bancos aprovechando su increíble habilidad con la moto. Todo se complica cuando en el camino de Luke se cruza un ambicioso oficial de policía, Avery Cross (Bradley Cooper), que busca ascender rápidamente en un departamento policial lleno de corrupción.
La historia habla de dos hombres, situados a ambos lados de la ley, pero cuyas vidas, pecados y errores, tendrán claros paralelismos y acabarán por arrastrar a sus descendientes. Dentro de una historia dura, con terribles consecuencias, se esfuerzan los responsables por no demonizar a nadie. Un instante, una decisión, una casualidad…, pueden definir tu futuro. Nadie es totalmente responsable, nadie es malvado del todo, aunque sí que cada uno aportamos nuestro granito de libertad para decidir el siguiente paso.
La estructura narrativa desconcierta un poco, pues hacia la mitad de la película ésta da un giro de 180 grados, como si empezara otra historia distinta. Cada mitad se centra en uno de los dos personajes, el delincuente Luke y el policía Avery, para después redondear el film con la inclusión de sendos vástagos. Las relaciones paternofiliales se revelan así esenciales y queda muy bien reflejada la necesidad de un modelo masculino adulto en quien apoyarse, un padre que ayude a configurar el propio carácter. Por otro lado, en la línea antimaniquea del film se muestran los comportamientos corruptos del poder, un entramado pegajoso del que resulta difícil salir, pues igual que nadie es un pecador absoluto, tampoco nadie es un santo. Son temas peliagudos, pero Cianfrance sale airoso, además de eludir el fatalismo que siempre planea sobre el horizonte.
El drama funciona gracias a la concepción de unos personajes atractivos, reales, con personalidades bien trazadas y reacciones verosímiles, tanto de padres como de hijos. Sin duda alguna mucho tienen que ver las intensísimas interpretaciones, entre las cuales destaca la de Ryan Gosling, quien sabe como nadie encarnar a tipos lacónicos con una violencia latente a punto de explotar. El metraje es claramente excesivo y el pesimismo de Cianfrance –que, vista su corta filmografía, parece genético- cae como una losa en una película que no deja de ser -o querer ser- un drama de redención (Decine21 / Almudí JD) LEER MÁS