Corazones en Atlántida

Jóvenes y mayores. Bobby es un joven que ha perdido a su padre y no termina de acostumbrarse a su ausencia y al hecho de tener que vivir solamente en compañía de su madre. De forma inesperada aparece un hombre misterioso que hará de revulsivo en su vida y le ayudará, en el transcurso de un verano, a ordenar y ver su vida de un modo diferente. Es una adaptación de una novela de Stephen King. Se trata de una historia tranquila, transida de nostalgia, emoción y poesía, que se va desarrollando suavemente ante los ojos del espectador. Lo mejor es esa sucesión de momentos que recuerdan la infancia perdida, los sueños de la niñez (simbolizados por el recuerdo de la Atlántida, ese lugar mágico por antonomasia que se aloja en todos los corazones). Y sobre todos, destaca ese instante en el que el niño protagonista, ya adulto, regresa a su viejo hogar en ruinas y recuerda los mejores instantes de su infancia. La película se centra también en el tema de la ausencia del padre, y en la figura que representa Anthony Hopkins que, de alguna manera, lo suple en la vida del niño. De este modo, el coraje, el amor, la amistad, se unen en un núcleo indefinible que se aloja únicamente en el fondo del corazón. La película interesa y conmueve y, desde luego, la interpretación de Anthony Hopkins resulta magistral de principio a fin, demostrando una vez más la madurez del actor y su capacidad para componer personajes de todo tipo y dotarlos de vida propia. Hay una breve escena de iniciación sexual (68') que se debe cortar. No presenta más inconvenientes.