Dirección: Rian Johnson Guión: R. Johnson Fotografía: Steve Yedlin Música: Nathan Johnson Intérpretes: J. Gordon-Levitt, Nora Zehetner, Lukas Haas, Noah Fleiss Productor: Ram Bergman Distribuidora: Versus Duración: 110 minutos Público Adecuado: Adultos Ganadora del Premio Especial del Jurado del Festival de Sundance con una mención a su originalidad de visión. Premio al nuevo director en el Festival de Sitges 2006. Y hay que decir que algo de esa originalidad de visión se debe al director de fotografía Steve Yedlin. El color tiene una capital importancia en esa visión original y en el diseño de las escenas, y ahí está Jodie Tillen. Y aunque no esté físicamente, sí está personalmente el pintor Edward Hopper: en los paisajes de desolada ausencia, en el vacío de los interiores en que la gente no estorba a la nada, en esa melancolía atroz. El joven director habla de Raymond Chandler y de Dashiell Hammett, y hace otras referencias... respecto a su película, pero no le sigo. La imaginación creativa de Rian Johnson ante la falta de dinero parece convocar el espíritu de Hopper al Instituto de Enseñanza Media, donde la mayor parte del equipo técnico y del equipo artístico estudió, el Instituto donde se rueda. Se diría que no hay ningún alumno, que todo está vacío, porque quizá no se podría pagar a tanta gente, aunque figure que está lleno de alumnos. También se dice que la ciudad está ahí cerca, pero estamos en el campo, al lado de un río que pasa bajo un puente, escenario de un crimen; estamos en un desolado paisaje de Hopper... Grandes masas de color, frías. Una pared blanca, nadie, el silencio; atardece. El suelo es verde, la hierba, muy corta, recibe tonos dorados. Estas pausas en la acción, mudas, cobran un especial aliento de misterio. Esta escasez de gente, gente a la que se nombra y no se ve, también adquiere un carácter en cierto modo fantasmal. Serán unos diez actores solamente. Se trata de la droga dentro del Instituto. Hay un foco importante y organizado de venta: Lukas Haas. La novia de Joseph Gordon-Levitt muere, por sobredosis tal vez, y no se la encuentra. Y Joseph se propone, sin acudir a la policía y evitando a las autoridades académicas, solucionar el caso, que se agrava también con la muerte violenta de otro alumno. La acción, que es a la vez pesquisa, cauta e inteligente, casi siempre indirecta, está muy bien llevada y medida por Rian Johnson, y también interpretada por el protagonista Gordon-Levitt y por su ayudante en la sombra, Matt O’Leary. Lukas Haas hace del malo extravagante; tiene 30 años, pues hizo Único testigo a los 7 años, y figura como todo el reparto bien maquillado y actuando bien, que son adolescentes. Hay varias mujeres fatales. No deja de ser escalofriante ver el desarrollo y las consecuencias de una historia de droga entre gente muy joven, sexo y odio, crimen, la ausencia de la familia y la ineficacia de los educadores... No, no es entretenida. Nada. . (Filasiete/ Almudí)