Contenidos: Imágenes (algunas X), Diálogos (algunos D), Ideas (práctica homosexual F)
Reseña:
Año de producción: 2011
País: EE.UU.
Dirección: Mike Mills
Intérpretes: Ewan McGregor, Christopher Plummer, Mélanie Laurent, Goran Visnjic, Bill Oberst Jr., Mary Page Keller, Keegan Boos, China Shavers
Guión: Mike Mills
Música: Roger Neill
Fotografía: Kasper Tuxen
Distribuye en Cine: Universal
Duración: 105 min.
Género: Drama
Tristeza infinita
Oliver está triste, muy triste. Su padre Hal acaba de morir, padecía un cáncer. También su madre murió poco tiempo antes de una enfermedad terminal, momento que Hal, tras 44 años de matrimonio, aprovechó para "salir del armario" y explorar su faceta gay. En esa etapa Oliver, artista incapaz de lograr relaciones duraderas con las mujeres con las que ha salido, cuida a su padre, y acepta la "nueva cara" de su progenitor, que se traduce entre otras cosas en una relación con el joven homesexual Andy. Los recuerdos de Oliver de la viudez de su padre se combinan con su situación actual, solo en compañía del perro de Hal, hasta que entra en su vida una actriz francesa, Anna, de la que tal vez se esté enamorando.
Tristeza, infinita tristeza. Es lo que trasluce este film escrito y dirigido por Mike Mills (Thumbsucker), basado en su propia experiencia personal. Pero todo traspasado por un "mood" pesado, insoportable, en que se diría que la felicidad es una quimera, un estado deseable pero no alcanzable. Conviven dolor, sufrimiento y tristeza, pero es sobre todo esta última la que pesa como el plomo. Si en la actualidad Hal puede celebrar el orgullo gay, llevar banderas arco iris y poner anuncios de contactos para vivir una promiscuidad semejante a la de su pareja Andy, no está claro que esta "libertad" le haga más feliz que antaño. Por otra parte, el giro de su vida, después de 40 años casado, es poco convincente.
Quizá lo que se detecta en esta exploración del amor, es la estrechez de miras con que se maneja el concepto, pues al final parece que lo deseable es la autosatisfacción personal del momento, el sentirse a gusto con uno mismo y más o menos comprendido por los seres queridos. Está ausente en todo momento el sentido moral y la entrega mutua sin condiciones en que consiste el amor se presenta con demasiadas limitaciones. Las interpretaciones son buenas.
La película cuenta con tres personajes que permiten grandes interpretaciones, y Ewan McGregor, Christopher Plummer y Mélanie Laurent aprovechan la oportunidad. Hay ciertamente momentos muy bien resueltos, como la fiesta donde se conocen Oliver y Anna, en que ella no puede hablar (Decine21 / Almudí JD). LEER MÁS