Contenidos: Diálogos (varios D), Ideas (nihilismo, deprimente, ausencia de trascendencia, amoralidad, drogadicción F)
Dirección: Pernille Fischer Christensen. País: Dinamarca. Año:2014. Duración: 95 min. Género:Drama. Interpretación: Mikael Persbrandt (Thomas Jacob), Trine Dyrholm (Molly Moe), Birgitte Hjort Sørensen (Julie), Sofus Rønnov (Noa), Eve Best (Kate). Guion: Kim Fupz Aakeson y Pernille Fischer Christensen. Producción:Sise Graum Jørgensen y Vinca Wiedemann. Música: Tina Dickow y Marie Fisker.Fotografía: Laust Trier Mørk. Montaje: Anne Østerud y Janus Billeskov Jansen. Dirección artística: Peter Grant. Distribuidora:Golem. Estreno en Dinamarca: 24 Abril 2014.Estreno en España: 24 Octubre 2014.
Reseña:
Encastillado
Thomas Jacob, cantante de fama internacional afincado en Los Ángeles, vuelve a su Dinamarca natal para grabar un disco, ocasión para reencontrarse con su hija Julie, con la que apenas ha tenido trato, y para conocer a su nieto Noa. El lugar que escoge para vivir, un castillo donde le sobra espacio por todas partes, se convierte en símbolo de su existencia: tras dar tumbos en su vida sentimental y haberse liberado de las drogas, el precio que ha pagado es encerrarse en sí mismo, y dedicarse por completo a su talento musical. Pero se verá obligado a salir de su encerramiento cuando Julie le anuncia que debe ingresar en una clínica para desintoxicarse de sus adicciones, motivo por el que debe cuidar a Noa, una tarea que ve como molesta carga.
La danesa Pernille Fischer Christensen, en colaboración con su guionista habitual, Kim Fupz Aakeson, ofrece una aguda mirada a los síntomas de descomposición de las sociedades occidentales, a través de Thomas Jacob, una persona que desconoce –o ha olvidado– el significado de la palabra "amor", y que anda por la vida a solas consigo mismo.
La narración es inteligente, no se cae en las obviedades, y hay espacio para las sorpresas que contribuyen a elevar el tono dramático y poner a los personajes ante determinadas encrucijadas. Cuestiones como los complicados lazos familiares en los países donde las relaciones nacen y se deshacen con enorme facilidad, están muy bien planteadas. Incluso se apunta con habilidad el anhelo y la añoranza de la trascendencia en esa canción-plegaria que pide una letra sentida, y no vacía o estereotipada. En tal sentido, la música no es un adorno en la película, está perfectamente integrada en la historia. No obstante pesa una visión nihilista de la vida. Una sociedad deprimente, con ausencia de trascendencia.Decine21 / Almudí JD. LEER MÁS