Entrevista con Kerstin Ekbladh, diaconisa luterana sueca y próxima conversa al catolicismo
Kerstin Ekbladh, mujer luterana que trabajó 28 años en la eléctrica nacional de Suecia, y diácono de la Iglesia luterana desde 2005, será recibida en la Iglesia católica en diciembre, en Malmö. En la entrevista señala que cada vez hay más conversiones en su país, que algunos amigos comentan que “en un par de generaciones de Papas todos seremos una sola Iglesia”, y que “muchas personas parecen tener todo lo necesario en la vida, y no sienten que necesitan a Dios”.
Ha sido diácono en la Iglesia sueca, y ahora ha decidido hacerse católica. Me encuentro con Kerstin Ekbladh en la iglesia de Nuestro Salvador, donde será recibida en la Iglesia católica dentro de unas semanas. Cuando llego a la iglesia, está fuera charlando con un ex colega suyo de la Iglesia sueca, que por casualidad pasaba por allí en ese momento. Parece un poco sorprendido por la decisión de Kerstin de convertirse en católica, pero le desea buena suerte.
¿Podría contarnos algo sobre usted? Dónde nació, en qué religión le educaron, cuándo se convirtió en diaconisa luterana, o si está casada o soltera.
Nací en 1955 en Limhamn, Malmö, y soy hija única. Mis padres asistían a la iglesia una o dos veces al año, por ejemplo en Navidad y Pascua, pero no eran particularmente religiosos. Sin embargo, me dieron mucho apoyo y me hicieron sentir segura. Como resultado, no fui muy a menudo a la iglesia, aunque fui bautizada y confirmada en la Iglesia Sueca.
Luego, más tarde, una compañera casada con un sacerdote en la Iglesia Sueca me invitó a cantar en el coro de la iglesia. Lo disfruté tanto que creo poder decir que canté para mí misma a través de la Iglesia, la liturgia y la fe.
Obtuve el título de profesora, pero luego trabajé durante 28 años en algo bastante diferente, Elverket, compañía nacional de electricidad. Pero alrededor del año 2000 se hicieron cambios en la compañía, y todos fuimos despedidos y tuvimos que buscar nuevos trabajos. En mi caso, finalmente comencé a enseñar en una escuela primaria cristiana en Malmö. Un día, cuando estaba hablando con uno de nuestros sacerdotes, me sugirió que podía trabajar en la Iglesia Sueca. Me gustó la idea y me formé para convertirme en un församlingspedagog (educadora parroquial). Y unos años después, el 4 de septiembre de 2005, fui ordenada diácono (cuando sucedió, habían pasado exactamente 50 años desde mi bautismo).
Nunca he estado casada. En cierto sentido, se puede decir que he estado “casada” con la música y las canciones. Y siempre he tenido muchos amigos, tanto en el trabajo como fuera de él. Conozco a muchos católicos, y una de mis mejores amigas es una católica muy activa en la parroquia. Y cada vez que la acompañaba a los servicios católicos, siempre me sentía muy a gusto con la liturgia.
La mayoría de los suecos son luteranos. El obispo católico de Estocolmo, el cardenal Anders Arborelius, ha señalado en ‘Palabra’ que el número de católicos en Suecia aumenta, debido a los inmigrantes y a las conversiones. ¿Qué es lo que le atrajo del catolicismo?
Sí, estoy de acuerdo en que cada vez más personas se están convirtiendo a la Iglesia católica. Un sacerdote de la Iglesia Sueca que ha sido muy cercano a mi familia me dijo recientemente que todos sus hijos, sus cónyuges y sus nietos se habían hecho católicos.
En mi caso, creo que puedo decir que he vivido el espíritu del catolicismo sin darme cuenta. Siempre me he sentido muy inspirada por la Madre Teresa de Calcuta. Empecé a ir a sesiones de estudios bíblicos dirigidas por Björn Håkonsson (un diácono católico) en los años 90; en ese momento eso significaba viajar 80 kilómetros desde Malmö hasta Helsingborg, donde tenían lugar las clases. Ahora las clases se llevan a cabo aquí en Malmö.
Lo importante para mí es el Magisterio, la autoridad de enseñanza de la Iglesia y el hecho de que el fundamento de la Iglesia católica se remonta a los tiempos de Jesús. La Iglesia es también universal, y es la misma en todo el mundo. Y veo que la Iglesia católica mantiene unida a toda la cristiandad, y que es muy importante para el ecumenismo. Trabajé un año en Suiza para SKUT, Svenska Kyrkan i Utlandet (la Iglesia Sueca en el extranjero), y tuve un gran contacto con Cáritas allí.
También entiendo que puedo confiar en lo que dice la Iglesia en su Magisterio, y me he inspirado leyendo los Padres de la Iglesia y las tradiciones de las órdenes religiosas. Y entre los autores que más me han ayudado puedo mencionar a Wilfrid Stinissen, a la Madre Teresa, a san Juan Pablo II y a Benedicto XVI.
¿Ha podido asistir a lecciones sobre doctrina católica?
Estos últimos meses he estado asistiendo a clases “para no católicos interesados” en la iglesia de Nuestro Salvador, impartidas por Fr. Fermín Landa. Los he encontrado muy útiles porque me brindan una explicación tan buena de los fundamentos del catolicismo y, al mismo tiempo, concuerdan con mi llamada interior para convertirme en católica.
He oído que cuando la duquesa de Kent se convirtió de la Iglesia anglicana a la Iglesia católica en 1994, su viaje espiritual fue descrito como una “peregrinación”. Yo siento también lo mismo, y estoy muy agradecida a la Iglesia Sueca por toda la ayuda que me ha brindado a lo largo del camino. Pero ahora he encontrado la Iglesia católica, a la que siento como un hogar para mí. Seré recibida en la Iglesia católica en diciembre.
¿Cómo reaccionaron su familia, amigos, etc., ante su viaje espiritual y cómo ven su camino hacia su conversión?
Como ya mencioné, mis padres no eran particularmente religiosos, pero siempre respetaron mi libertad y mis decisiones. En cierto sentido, puedo decir que traje a mis padres a la Iglesia, porque vinieron a escucharme cuando cantaba en el coro. Y mi madre estuvo presente cuando fui ordenada diácono en 2005 (ella murió unos meses más tarde, y mi padre ya había muerto antes). Siempre me he sentido libre en mis decisiones.
En lo que respecta a mis amigos, la mayoría de ellos me han dicho que no están sorprendidos por mi decisión. Uno o dos han dicho que en un par de generaciones de Papas todos seremos una sola Iglesia. En cualquier caso, respetan mi decisión y piensan que es emocionante. Lo mismo se aplica a mis colegas de la Iglesia Sueca: tampoco están sorprendidos y respetan mi decisión.
He dado a algunos de mis amigos un pequeño folleto, 25 frågor och svar om katolsk tro (25 preguntas y respuestas sobre la fe católica), porque creo que todo está muy bien explicado.
El Papa Francisco estuvo en Lund en 2016 para conmemorar la Reforma Luterana. ¿Cómo ven sus amigos al Papa?
Trabajé como voluntaria durante la visita del Papa en Malmö Arena, donde hubo un evento ecuménico especial en la tarde del lunes 31 de octubre de 2016. Fue una ceremonia hermosa. Un año después estaba en Wittenberg, Alemania, para el jubileo “real” el 31 de octubre de 2017. Lo que más me sorprendió fue que la ceremonia final fue una Misa mariana, de la Virgen María. Fue maravilloso. Y ahora, un año después, me preparo aquí para ser recibida en la Iglesia Católica.
He descubierto que las personas no me preguntan tanto sobre el Papa como sobre la Virgen María. Siempre me he sentido cercana a ella, y de hecho pasé dos años y medio aquí en Malmö con una congregación de hermanas protestantes que tienen gran devoción por la Virgen María. Hubo un tiempo en que pensé que podría unirme a su congregación, pero al final tomé un rumbo diferente. Cuando la gente me pregunta por qué los católicos le rezan a María, me gusta decir que uno le reza a Dios a través de María. Y nuevamente, a menudo me refiero al folleto 25 preguntas y respuestas.
¿Le gustaría referirse a alguna persona en particular?
Sí. Me gustaría mencionar a Eva Spånberg (1923-2011), una famosa escultora sueca, con quien tuve la suerte de encontrarme en una ocasión. Se puede decir que ella se evangelizó a sí misma con la madera, a través de las figuras que había hecho. Una de sus figuras, una estatua de María, presidió la Misa del Papa en el estadio de Malmö en 2016. Ella me recordó de muchas maneras a la Madre Teresa: humilde, con una visión clara y fiel a Jesús.
Parece que el diálogo ecuménico está progresando en Suecia. ¿Cuáles considera que son los aspectos fundamentales que pueden apoyar el camino hacia la unidad?
Sí, es cierto que se está progresando en el ecumenismo. Me di cuenta de esto de una manera especial cuando trabajé como capellán de la prisión, y tuve mucho contacto con el capellán de la prisión católica, el p. Ludwik Spalek, y con representantes de otras iglesias. Sin ecumenismo, sin trabajar juntos, ¡no podríamos lograr nada! Y lo mismo sucede, por ejemplo, en el caso de los capellanes del hospital.
Vale la pena tener en cuenta que el primero de los cinco compromisos que incluía la declaración conjunta firmada por el Papa Francisco y el obispo Munib Younan, presidente de la Federación Luterana Mundial, era que “los católicos y los luteranos deberían comenzar siempre desde la perspectiva de unidad y no desde el punto de vista de la división con el fin de fortalecer lo que se tiene en común a pesar de que las diferencias se ven y experimentan más fácilmente”.
¿Puede citar algún evento importante en este sentido?
Un evento importante para nosotros es la Misa celebrada en Malmö por el obispo (ahora cardenal) Anders Arborelius, todos los años el 1 de enero, en Sankt Petri kyrka (una gran iglesia protestante). Siempre está muy concurrida, y esto da a muchos no católicos la oportunidad no sólo de escuchar acerca de la Iglesia católica sino también de verla por sí mismos.
También diría que es muy importante dar testimonio de Jesús en la vida cotidiana. Una cosa que aprendí de mi tarea como capellán de la prisión fue la importancia de defender mi fe. Me impresionó hace años cuando estaba en una reunión celebrada en Lund. Uno de los oradores era una hermana dominicana de Inglaterra que es profesora universitaria y siempre usa su hábito en la universidad.
¿Comparte la impresión de que la indiferencia hacia la fe y la práctica religiosa se están superando poco a poco?
Personalmente, pienso que la secularización sigue siendo generalizada aquí. Muchas personas parecen tener todo lo que es necesario en la vida, y no sienten que necesitan a Dios. Al mismo tiempo, muchos parecen tener poco conocimiento sobre Dios y sobre la fe. En la actualidad, están siendo confirmados menos jóvenes en la Iglesia Sueca. Pero luego, cuando altera su vida algo especial, por ejemplo terminar en la cárcel, eso hace que la gente esté mucho más abierta a Dios.
Un gran problema en general en nuestra sociedad es el individualismo, que cada uno tiende a pensar sobre sí mismo. Pero una vez dicho esto, creo que depende mucho de cómo nosotros, los cristianos, vivamos nuestras vidas. Un día, estando en Suiza, estaba en un café con algunos amigos, y una mujer que conocía a una de las personas en el grupo se acercó y se presentó diciendo: “Hola, me llamo Anna y soy budista”. Inmediatamente respondí: “Mi nombre es Kerstin, y soy cristiana”. No deberíamos avergonzarnos de que los demás sepan que somos cristianos.
Hablemos ahora de los jóvenes, en Suecia y en el resto de Europa. ¿Qué consejo daría a los jóvenes para alentarles a escuchar la llamada de Dios?
Creo que los jóvenes se sienten abrumados por toda la información que reciben: es demasiado para que ellos puedan controlarla. A muchos de ellos les gustaría tener una base firme para sus vidas, de modo que puedan hacer frente a todo el flujo de información que reciben, y para que les sea más fácil descubrir qué es verdadero y qué es falso. En un último análisis, necesitan conocer a Jesús, que es el Camino, la Verdad y la Vida. Y necesitan aprender a abandonarse a sí mismos en las manos de Dios, ya que no pueden controlar todo por sí mismos.
Otro problema es que a menudo no parecen saber a quién acudir, o simplemente no se atreven a recurrir a alguien para pedir consejo sobre el significado de la vida. También creo que muchos jóvenes sienten que sus vidas no tienen un significado. Pero me gusta repetir la frase: “No eres amado por Dios porque tu vida tiene un gran valor; tu vida tiene un gran valor porque eres amado por Dios”.
* * *
Hasta aquí la conversación con Kerstin Ekbladh, que será recibida en diciembre en la Iglesia católica. En su mente está también, entre otros, Wilfrid Stinissen, sacerdote carmelita nacido en Amberes, que fue a Suecia en 1967 para poner en marcha el monasterio carmelita en Norraby, a 45 kilómetros al norte de Malmö. Uno de los monjes que entró al monasterio fue el actual cardenal obispo de Estocolmo. Wilfrid Stinissen fue un prolífico escritor de libros espirituales, y con frecuencia fue invitado a predicar retiros, y fue muy apreciado por católicos y no católicos. Murió en 2013, y el decano de la catedral protestante de Lund dio permiso para que su funeral se llevara a cabo allí; muchas personas vinieron a presentar sus últimos respetos.
Entrevista de Richard Hayward, Malmö (Suecia).
Fuente: Revista Palabra.
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