País: Reino Unido Dirección: Nick Park, Steve Box Guión: Steve Box, Nick Park, Bob Baker, Mark Burton Fotografía: Dave Alex Riddett, Tristan Oliver Música: Julian Nott Voces: Peter Sallis, Ralph Fiennes, Helena Bonham Carter, Peter Kay, Nicholas Smith, Liz Smith Distribuidora: UIP
El inglés Nick Park, de 46 años, creó a los dos personajes protagonistas de esta deliciosa y sorprendente película en 1989, hace ya 16 años. Han sido cuatro los cortometrajes previos a este largometraje que mantiene el excelente nivel de Chicken run (2000). Salta a la vista que Park tiene muy trabajada la relación entre el cachazudo Wallace y su perro Gromit, un can con gestos de filósofo estoico.
El concurso anual de verduras gigantes tiene revolucionados a todos los habitantes del pueblo inglés donde viven Wallace y Gromit, que han montado un lucrativo negocio para capturar al terror de los huertos e invernaderos, los conejos. La aparición de una verdulera bestia insaciable siembra el terror entre los concursantes.
Es verdaderamente impresionante el alarde de ingenio que desprende esta película en los distintos apartados a los que debe atender un animador. El completísimo guión tiene una intensidad y un equilibrio solo comparables a las creaciones de Pixar, en Occidente, y a Miyazaki, en Oriente. El diseño de los personajes tiene mucha fuerza, y el gran nivel de los diálogos permite un lucimiento casi constante que esquiva dos de los gravísimos problemas del cine de animación de los últimos años: el carácter episódico y la sobredosis de parodia.
Pero un guión, aún buenísimo, no basta. Park y su equipo logran la excelencia en planificación, montaje, fondos, diseño de las secuencias de acción, inventiva de artefactos y vestuario. Entre la larga nómina de aciertos me parece muy meritorio el tono. Sí, el tono de una película que divierte mucho a los pequeños y aún muy pequeños, a los mayores y a los pensionistas.
W&G es un hito en la historia de la animación, con arrobas de lo que los comentaristas de baloncesto llaman fundamentos. En ese sentido, lo del perro, que por no tener, no tiene ni boca, debiera ser una asignatura de cualquier escuela de cine de animación.
Hay una ridiculización de la figura del sacerdote y de la religión (Filasiete / Almudí)