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Vals con Bashir

Vals con Bashir

Vals Im Bashir
Contenidos Imágenes (varias V expuestas con crudeza), Imágenes (varias X expuestas con crudeza), Ideas (nihilismo desesperanzado, visión tendenciosa de los cristianos libaneses)

Reseña:

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Dirección: Ari Folman
Guión: Ari Folman
Música: Max Richter
Distribuye en Cine: Golem
Duración: 90 min.
Género: Animación, Bélico, Documental, Drama

Recuerdos de la guerra 

    Una noche en un bar, un viejo amigo cuenta al director Ari que tiene una pesadilla recurrente en la que le persiguen 26 perros. Cada noche, el mismo número de animales. Los dos hombres llegan a la conclusión de que tiene que ver con una misión que realizaron para el ejército israelí durante la primera guerra con el Líbano a principios de los años ochenta. 

    Ari se sorprende ante el hecho de que no recuerde nada de ese periodo de su vida. Intrigado, decide ver y hablar con viejos amigos y antiguos compañeros dispersados por el mundo entero. Necesita saber la verdad acerca de ese periodo y de sí mismo. Ari escarba cada vez más y sus recuerdos empiezan a reaparecer mediante imágenes surrealistas...

    Esta película contra el sinsentido de la guerra del cineasta israelí Ari Folman, se ha beneficiado de dos circunstancias que la hacen única... hasta cierto punto. Es el primer título de animación -o al menos el primero de entidad, aunque Persépolis iba en esa misma dirección- que adapta las técnicas del cine documental al género, en una reivindicación de la memoria histórica.

    Y en tiempos en que no se ha olvidado la reciente escalada militar de Israel en Gaza, resulta toda una novedad una cinta de ese país, donde se admite que algo no se está haciendo bien, y que determinadas prácticas bélicas recuerdan a desgraciados hechos sufridos por el pueblo judío en la Alemania nazi... aunque a la hora de "vender" el film localmente se echan balones fuera, culpando de determinadas matanzas en el Líbano a las milicias cristianas, siendo los israelíes testigos pasivos, e incluso impidiendo que la cosa crezca todavía más de grado. 

    De modo que el film ha gozado de una buenísima acogida más por lo que entrega y el modo y el momento en que lo hace, que por el resultado final en sí, algo cansino, con declaraciones de nueve personajes no muy diferentes de las que veríamos en cualquier documental. 

    La animación, de acertados colores y trazos que recuerdan a los cómics de Hugo Pratt, el creador de Corto Maltés, combina técnicas de flash, animación clásica y 3D, y el aspecto final de las imágenes encaja bien con el buscado tono documental. 

    A la vez, permite incluir escenas oníricas, o de las acciones de guerra, que no podrían tener presencia en un documental convencional. La más destacable es la del "vals" que da título al film, un soldado israelí repeliendo el ataque de invisibles francotiradores. (Decine21)
 
    Sin embargo, la pirotecnia visual de la película se pone al servicio de una historia nihilista y psicoanalítica, con pocos resquicios para la esperanza y muy cruda en la representación de la violencia y el sexo.

    Además resulta sospechosa su insistencia en cargar a los falangistas cristianos libaneses casi toda la responsabilidad de las matanzas en los campos de refugiados palestinos de Sabra y Chatila (La Gaceta JJM/ Almudí JD-AC)