Contenidos: Imágenes S-(57:00; 69:00; 70:52; 81:15) Ideas (experiencia inevitable de amor sin compromiso como telón de fondo F)
Reseña:
Dirección: Aitzol Aramaio
Intérpretes: Héctor Alterio, Daniel Brühl, Julieta Serrano, Bárbara Goenaga, Marián Aguilera, Ramón Barea, Gorka Otxoa, Mikel Albisu.
Guión: Aitzol Aramaio, Michel Gaztambide
Música: Bingen Mendizábal
Fotografía: Gonzalo F. Berridi
Distribuye en Cine: Aurum
Duración: 90 min.
Género: Comedia, Costumbrista
Unos que vienen, otros que se van
Adaptación cinematográfica de la novela de Unai Elorriaga "Un tranvía en SP", que fue Premio Nacional de Narrativa en 2002. Lucas acaba de salir del hospital y acompañado de su hermana María se dispone a proseguir con su vida apacible en un pueblecito costero de Bilbao.
Al entrar en su casa se dan de bruces con Marcos, un completo desconocido que se les ha metido dentro. Pero, salvado el estupor inicial, Lucas y María invitan a quedarse al recién llegado, que resulta ser un joven simpático, de pocas palabras, que ha dejado atrás a su familia y ha recalado allí con lo puesto, únicamente acompañado de su acordeón.
La película es por encima de todo una mirada dulce a la última etapa de la vida, encarnada en la figura de Lucas, un anciano entrañable que en medio de los coletazos que la demencia o el Alzheimer empiezan a ocasionar en su cerebro, conserva una alegría de vivir contagiosa y un afinado tino para vislumbrar el interior de los demás. Llama la atención la carga de nostalgia de la historia, pues los personajes parecen vivir siempre del pasado, un territorio poblado por los seres queridos muertos hace tiempo.
En claro contraste con Lucas y María se sitúa Marcos, quien rejuvenecerá el ambiente que reina en la casa de los dos hermanos, aprenderá alguna valiosa lección y a su vez vivirá una historia de amor situada en el presente. También resulta bella la metáfora del viaje en tranvía al Shisha Pangma -montaña mitificada en el corazón de Lucas (y de ahí el "SP" de la novela)-, quizá como un trayecto vital y definitivo hacia el objetivo anhelado de la felicidad.
En el apartado artístico destaca, como no podía ser menos, la actuación de Héctor Alterio, un gran actor que logra hacer atractivo y creíble un papel difícil. Se diría que se cree a pies juntillas su personaje. Julieta Serrano (La moños) está igualmente notable como hermana abnegada, mientras que los que más cojean son Daniel Brühl y Bárbara Goenaga, quizá simplemente porque sus personajes son los peor trazados en el guión. La música de Bingen Mendizábal brilla especialmente.
Se nota de todas maneras que estamos ante un debut tras las cámaras. Aitzol Aramaio intenta transmitir a las imágenes el aire de realismo mágico de la obra literaria. Pero no lo consigue del todo, y en todo caso al conjunto le falta mordiente. Aunque en ocasiones logra la conjunción perfecta -las apariciones de la idealizada Rosa en el tranvía- muchas otras no aportan demasiado e incluso parecen rebuscadas, como el caminito de velas encendidas o el idílico y felliniano colofón.
Por otra parte, tampoco funciona el personaje de Roma, pues en ningún momento resulta convincente, desde su forzada aparición y fijación por Marcos, hasta el inconsistente romance. De cualquier forma la levedad y dulzura de todo lo que se cuenta resta importancia a estos defectos. Todo es demasiado emotivo, optimista y poco problemático en esta agradable y costumbrista mirada a la ancianidad.
Es amable, especialmente el personaje principal y su hermana. Optimista. Acción lenta y falta de ritmo. Muy sentimental. Personajes con poca fuerza especialmente la pareja joven. No aparecen referencias trascendentes(Decine21 / Almudí JJ y JFC- J.A.-A.R)