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Dirección: Bryan Singer Guión: Michel Dougherty, Dan Harris Fotografía: Newton Thomas Sigel, A.S.C. Montaje: John Ottman, Elliot Graham Música: John Ottman, John Williams Intérpretes: Brandon Routh, Kate Bosworth, James Marsden, Frank Langella, Eva Marie Saint, Parker Posey, Kal Penn, Sam Huntington, Kevin Spacey Distribuidora: Warner
El esperado regreso de Superman, después de 11 años vagando en la memoria de miles de fans, gustará y desilusionará de igual manera a unos y a otros.
Gustará porque Singer, convertido en todo un experto adaptador de cómics, después de las dos versiones cinematográficas de los X-Men (las buenas, I y II), no defrauda. El realizador ha optado por continuar la estela de sus predecesoras, y la cinta es una continua referencia al Superman de Donner. Desde los créditos iniciales, acompañados de la ya casi mítica melodía compuesta por John Williams, hasta el rescatado, del archivo original, Marlon Brando, en su papel de Jor-El.
El director de Sospechosos habituales (1995) logra una brillante puesta en escena. La ciudad de metrópolis, los decorados y el diseño de los personajes -que parecen extraídos directamente del cómic de Siegel y Shuster- son sencillamente extraordinarios.
Si además añadimos una portentosa banda sonora y unos cuidados efectos especiales, nadie podrá negar que la cinta es un estupendo producto, destinado, eso sí, al más puro y duro entretenimiento.
Pero decíamos que también puede desilusionar a algunos. Si en el aspecto visual apenas hay nada que reprochar, el guión parece en realidad escrito para una telenovela; y esto, para un título que no deja de inscribirse en una "serie de películas", es incluso más peligroso que la kryptonita.
El carácter telenovelesco se acentúa por la importancia que se le ha dado al tema sentimental. Los propios guionistas han declarado que se centraron "en el talón de Aquiles de Superman, que se resume en la pregunta: ¿qué pasaría si la mujer que ama encontrara a otro hombre?". Así las cosas, la película pierde bastante. Le falla el ritmo, el conflicto amoroso es aburridísimo y las escenas de acción se reducen considerablemente. De hecho, sólo una vez a lo largo de los 165 minutos de duración, podemos ver juntos a Luthor (Kevin Spacey) y a Superman. Al final, el enfrentamiento entre villano y héroe es como el agua en la que casi se hunde el superhéroe, incoloro, inodoro e insípido.
A los malos se les saca poco partido, y es una lástima no aprovechar mejor a todo un Kevin Spacey. En fin, que Singer parece no haber aprendido demasiado de los fallos de la primera entrega de los mutantes, donde los problemas que planteaba el largometraje eran más o menos parecidos a los que encontramos en Superman returns. Esperemos que, como ocurrió con la segunda parte de X-Men, logre salvarlos en la secuela que ya está realizando. Se puede tener en cuenta que la protagonista aparece como madre soltera, en una convivencia de hecho. También odría inducir a confusión que se perciba alguna sugerencia de paralelismo entre Superman y el Mesías cristiano.(Filasiete /Almudí SV y JAG)
