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Dirección y guion: Jim Jarmusch. Países: Reino Unido yAlemania. Año: 2013. Duración: 123 min. Género: Drama, terror,romance. Interpretación: Tom Hiddleston (Adam), Tilda Swinton(Eve), Mia Wasikowska (Ava), John Hurt (Marlowe), Anton Yelchin(Ian), Jeffrey Wright (Dr. Watson). Producción: Jeremy Thomas y Reinhard Brundig. Música: Jozef Van Wissem. Fotografía: Yorick Le Saux. Montaje: Affonso Gonçalves. Diseño de producción:Marco Bittner Rosser. Vestuario: Bina Daigeler. Distribuidora: Vértigo Films. Estreno en Reino Unido: 21 Febrero 2014. Estreno en España: 13 Junio 2014.
Reseña:
Películas como “Extraños en el paraíso”, “Bajo el peso de la ley”, “Dead Man”, “Ghost Dog, el camino del samurai”, “Coffee and Cigarettes” o “Flores rotas” han convertido al siempre singular cineasta estadounidense Jim Jarmusch en el rey del cine “underground”. Ahora, en “Sólo los amantes sobreviven” —Premio Especial del Jurado en el Festival de Sitges 2013—, aprovecha la moda fílmica de los vampìros para hacer una ultrarromántica declaración de principios, culta y a contracorriente, aunque más superficial de lo que parece.
Los vampiros Adam (Tom Hiddleston) e Eve (Tilda Swinton) están casados desde hace siglos y se aman, pero viven alejados por miles de kilómetros. Él es un depresivo músico marginal, que compone sus exitosas canciones funerarias en un desolado suburbio de Detroit. Mientras que ella sobrevive en Tánger con la ayuda del mítico dramaturgo y poeta inglés Christopher Marlowe (John Hurt), también vampiro y, según él, autor de todas las obras de William Shakespeare.
Al borde del suicidio por la deriva autodestructiva que han tomado los seres humanos —los zombies, como les llaman los vampiros—, Adam solicita ayuda a Eve, que se instala con él en Detroit y le intenta sacar de su postración. Pero entonces aparece por allí Ava (Mia Wasikowska), la salvaje e incontrolable hermana menor de Eve. A diferencia del matrimonio —que compra sangre en hospitales—, Ava sigue alimentándose con los humanos que asesina.
Jarmusch reconoce en este filme su nostalgia de los valores morales de siempre, y se muestra muy crítico con el relativismo hedonista postmoderno, al que muestra como instintivo, vulgar y decadente. De ahí que los vampiros huyan de la sangre contaminada de la mayoría de los hombres, y busquen sangre selecta en los hospitales.
Estas ideas las articula sobre todo a través de unas espléndidas interpretaciones, aunque lo que más llega al espectador es la fantasmal atmósfera del filme, realista a pesar de todo, siempre nocturna —los vampiros duermen durante el día—, enormemente abigarrada en su barroca y ecléctica ambientación, y aderezada con una personalísima banda sonora de Jozef Van Wissem y SQÜRL, que incluye variados temas musicales clásicos y modernos.
Siempre al borde de lo grotesco, Jarmusch salta bien de la comedia gamberra al melodrama desatado, y de éste a la intriga o a la tragedia, manteniendo el interés del espectador aunque su ritmo narrativo es premeditadamente lánguido y hasta tedioso. Queda así un curioso ejercicio de estilo, brillante a ratos, pedante más a menudo y que sólo entusiasmará a los muy incondicionales de Jarmusch. Cinta para cinéfilos. (Cope J. J. M.)