Dirección: Alberto Lecchi. Países: España y Argentina. Año: 2013. Género: Drama. Interpretación: Ariadna Gil (María Teresa), Leonardo Sbaraglia, Sabrina Garciarena, Gonzalo Valenzuela, Antonio Birabent. Guion: Leandro Siciliano, Alberto Lecchi y Leita González. Producción: Damián Beker, Nicolás Broens y Jordi Mir Vidal. Música: Carles Pedragosa. Fotografía: Frederico Rivares. Montaje: Natacha Valerga. Distribuidora: Splendor Films. Estreno en España: 12 Julio 2013
Reseña:
María Teresa (Ariadna Gil) es una española de 45 años, afincada en Buenos Aires, donde ha triunfado profesionalmente, pero a costa de destruir su matrimonio. Ella ansía ver a sus dos hijas, pero lo tiene judicialmente prohibido por un trágico suceso del pasado, que todavía la atormenta. Sola y angustiada, su camino hacia la autodestrucción se acelera cuando alguien le asegura por teléfono que la va a matar dentro de cinco días, pero que antes deberá pedir perdón a todos aquellos a los que hizo daño. Intentará ayudarla el duro comisario Esteban Fuster (Leonardo Sbaraglia), del Departamento Central de Policía.
El irregular cineasta bonaerense Alberto Lecchi (“Perdido por perdido”, “Nueces para el amor”, “El frasco”) no acaba de controlar esta dramática intriga, de inquietante planteamiento y con sugerentes elementos de cine negro. Según él, su película habla de cómo “la necesidad de un aparente triunfo profesional y económico puede hacer perder el rumbo y provocar que un ser humano se denigre hasta límites inimaginables”. Ciertamente, critica en ella el triunfo a cualquier precio, afronta la tragedia de la maternidad herida y subraya certeramente el peso de la culpa y el ansia de redención, incluso con algún apunte religioso interesante. Pero todo eso no lo ancla en un retrato profundo de los personajes —sabemos muy poco de ellos—, ni en una nítida perspectiva moral. Más bien elige el camino fácil de la intriga dilatada y cada vez más sórdida, con sus efectismos violentos y sexuales —algunos, muy artificiosos—, hasta un desenlace sorprendente pero decepcionante. Eso sí, su puesta en escena tiene vigor visual, y su dirección de actores es solvente, aunque brilla poco por la citada superficialidad de los personajes. (Cope J. J. M.)