Dirección: Michel Gondry
Intérpretes: Jack Black, Mia Farrow, Danny Glover, Mos Def, Marcus Carl Franklin, Melonie Diaz, Sigourney Weaver.
Guión: Michel Gondry
Música: Jean-Michel Bernard
Fotografía: Ellen Kuras
Distribuye en Cine: Universal
Duración: 101 min.
Género: Comedia
La última película
Michel Gondry es sin duda un cineasta diferente. Curtido en el mundo de la publicidad, sus originales spots han sido multipremiados. También es notorio cómo revolucionó el mundo de los vídeos musicales, a partir de su rompedor "Human Behavior" para Björk. En el cine, sus películas tienen justa fama de "raritas", como acreditan Human Nature, ¡Olvídate de mí! (que le valió el Oscar al mejor guión original) y La ciencia del sueño.
El film que nos ocupa también tiene su punto "marciano", lo que significa que agradará a su fiel "parroquia", mientras que los desconocedores del mundo de este autor se verán dominados por un desconcierto que puede llevarles a convertirse en nuevos adeptos, o a mostrar el más absoluto rechazo a planteamientos que les pueden sonar a pura y simple tomadura de pelo.
Mike es un joven negro que trabaja en el desvencijado y algo cochambroso videoclub del señor Fletcher, una suerte de figura paterna para él. El local, donde se alquilan cintas en VHS (el DVD no ha sido adoptado todavía, frente al posicionamiento de la competencia con las nuevas tecnologías y herramientas de marketing), está situado en un edificio en estado ruinoso, que las autoridades municipales planean demoler si no se acometen enseguida las necesarias reformas.
Algo que apena a la pareja, pues allí nació, según asegura la leyenda, la mítica figura del jazz Fats Waller. El mejor amigo de Mike es Jerry, un mecánico algo chiflado, que vive en una caravana. Se le meterá en la cabeza que sus neuronas no funcionan bien por culpa de una central eléctrica, que decide sabotear una noche. Como consecuencia casi se electrocuta, y se queda magnetizado. Lo cual tiene nefastas consecuencias en las cintas del videoclub, pues todas se borran cuando entra en el local.
Para arreglar el desastre, en ausencia del señor Fletcher, Mike y Jerry no tienen mejor idea que filmar unas cintas caseras, "remakes" de las cintas borradas, para sustituir a las originales, y alquilarlas a los clientes. Empezarán con Los cazafantasmas, y contra pronóstico la iniciativa resulta todo un éxito. Pronto hay más demanda de películas "suecadas", como empiezan a ser conocidas las nuevas versiones de los filmes.
Como puede verse, la trama es puro disparate, y da pie a escenas lindantes con lo surrealista. Resultan graciosos los rodajes de las nuevas películas, hecho todo con un aire chapucero a lo "Ed Wood", o a lo que podía ser una broma de una panda de amiguetes que juegan a la parodia tipo "Aterriza como puedas". De tal modo que a veces la cinta de Gondry tiene ese aire "amateur", como de broma urdida por unos amigos que disponen de una videocámara.
De todos modos, y dentro de la pequeña anécdota que es el film, hay buenas ocurrencias, sutiles diatribas al mundo de los grandes estudios y su celo por los derechos de sus películas, o a lo que es el cambio por el cambio, la preferencia inopinada de lo nuevo sobre lo viejo. Hay una apología del trato humano, subrayada en el título, que alude a esa petición típica del videoclub, que espera que sus clientes tengan la amabilidad de devolver las cintas rebobinadas, un modo de pensar en los demás.
Y a la hora de apostar por la emotividad, se subraya la importancia de la comunidad, el barrio entero apoyando las películas "suecadas" y el videoclub, lo que concede al film un inesperado aire capriano, especialmente emotivo en la escena de la proyección de la última película, un clímax especialmente logrado.
La película es una secuencia de disparates con golpes de humor un tanto vulgares. Con todo, se aprecian ciertos valores en los protagonistas. Película para un público poco exigente. (Decine21 / Almudí JJST GV)