Flushed Away CONTENIDOS: VD Directores: David Bowers y Sam Fell. Guión: Dick Clement, Ian La Frenais, Chris Lloyd, Joe Keenan, Will Davies. Animación. 84 min. "Ratónpolis" cuenta la aventura de Roddy St. James, un elegante ratón de piso, soltero de lujo que vive en uno de los mejores barrios de Londres. Su vida muelle se ve truncada cuando Sid, una rata de alcantarilla, invade su hogar, le arroja al retrete y tira de la cadena. Roddy descubrirá que "abajo", en las alcantarillas, hay una mini Londres, a escala ratonil, llena de vida. Roddy no está preparado para sobrevivir en la calle y mientras busca el modo de volver "arriba" no deja de meter la pata. Afortunadamente conocerá y contará con la ayuda de Rita, una encantadora rata aventurera. Juntos encontrarán el camino de regreso a casa, se enfrentarán al malvado Sapo y su monstruoso plan por dominar el mundo (subterráneo) y combatirán a una banda de ranas karatekas. La tercera colaboración entre Dream Works Animation y Aardman Features ("Evasión en la granja" y "Wallace & Gromit: la maldición de las verduras") es una grata experiencia aunque no sea un filme tan redondo como los anteriores. La película ha renunciado a la plastelina; sus criaturas han sido generadas por ordenador pero, aunque guardan un aspecto similar a las figuras clásicas de la casa Aardman, en alguna parte del proceso se ha perdido algo del encanto de los muñecos británicos. A cambio ha ganado en producción: el submundo es una creación impresionante, toda una ciudad llena de agua (fétida), de color, de objetos y de personajes que sería imposible realizar en "stop motion". La historia es conocida: el solterón egoísta que vive en una jaula de oro y descubre que le falta lo esencial: familia y amigos. El tono, decidida y divertidamente británico. Los personajes, muy atractivos: Roddy y Rita forman una gran pareja. Pero, una vez hechas las presentaciones, el filme se convierte en una agotadora carrera en la que no dejan de pasar cosas en ningún momento, salpicada con numerosos "gags", muchos de ellos auténticamente divertidos (atención al extraordinario coro de babosas), y homenajes a múltiples filmes y telefilmes. Eso es gracioso, sirve para mantener al público en tensión, pero el exceso hace perder fuerza a una historia que podría haber dado mucho más de sí. A veces el humor es grueso, escatológico, más para adultos que para niños, pero dado que toda la acción transcurre en las cloacas, podría haber sido peor. (Aceprensa / Almudí)