Dirección: Gregory Hoblit
Intérpretes: Diane Lane, Billy Burke, Colin Hanks, Joseph Cross, Mary Beth Hurt, Peter Lewis, Perla Haney-Jardine.
Guión: Robert Fyvolent, Mark Brinker, Allison Burnett
Música: Christopher Young
Fotografía: Anastas N. Michos
Distribuye en Cine: Universal
Duración: 100 min.
Género: Thriller
Psicokiller informático
Convencional thriller dirigido por el artesano Gregory Hoblit, que llamó especialmente la atención tras La guerra de Hart. Aquí ofrece un film muy a su estilo, cuya trama gira en torno a la aparición de un asesino en serie que por medio de sofisticados mecanismos logra que la muerte de sus víctimas pueda observarse por internet en tiempo real. Es más, su mente enferma ha diseñado un sistema por el que son los propios cibernautas quienes las torturan y matan, ya que cuantas más visitas tenga la página más rápido morirá el pobre infeliz de turno. Tras la pista del psicópata está la agente del FBI Jennifer Marsh, especializada en delitos informáticos.
Lo mejor del film son la lograda ambientación y el tono oscuro de la historia, pero esto no es suficiente para ensalzar un guión pobre, sin aristas, y cuyo punto central ya está demasiado cogido por los pelos. Es cierto que ofrece una seria crítica a la utilización irresposable de internet y a la tendencia enfermiza que muchos usuarios tienen al voyeurismo y a la complicidad con el mal, amparados en el anonimato que proporciona la red.
Pero el desarrollo del argumento propiamente dicho es excesivamente lineal, de modo que los hechos no hacen otra cosa que seguir su curso natural, sin giros ni sorpresas. Todo se reduce a un sencillo juego del ratón y el gato, y ni siquiera el simple y algo tramposo desenlace es satisfactorio. Por otra parte, los personajes son superficiales y tienen tan poco recorrido, que aunque Diane Lane se esfuerza meritoriamente con su papel, el resultado sólo puede llegar a correcto. Por destacar algo se pueden mencionar las "originales" y terribles torturas ideadas por el asesino, y la escena de la grabación de la casa. (Decine21 / Almudí)