Contenidos: Imágenes (algunas V), Diálogos (varios D, resultan desagradables)
Dirección: Mikael Håfström. País: USA. Año: 2013. Duración: 116 min. Género: Acción, thriller. Interpretación: Sylvester Stallone (Ray Breslin), Arnold Schwarzenegger (Emil Rottmayer), Jim Caviezel (Hobbes), Vinnie Jones (Drake), Curtis “50 Cent” Jackson (Hush), Faran Tahir (Javed), Amy Ryan (Abigail Ross), Vincent D’Onofrio (Lester Clark), Sam Neill (Dr. Kyrie). Guion: Miles Chapman y Arnell Jesko. Producción: Robbie Brenner, Mark Canton, Randall Emmett, Remington Chase y Kevin King Templeton. Música: Alex Heffes. Fotografía: Brendan Galvin. Montaje: Elliot Greenberg. Diseño de producción: Barry Chusid. Vestuario: Lizz Wolf. Distribuidora: eOne Films Spain. Estreno en España: 5 Diciembre 2013.
Reseña:
Fuga a porrazos
Las dos grandes estrellas del cine de acción de los 80, Arnold Schwarzenegger y Sylvester Stallone, habían incluido referencias humorísticas cada uno del otro en sus películas. Pero no cruzaron sus carreras hasta Los mercenarios, de 2010, donde el ex gobernador de California tenía una aparición muy breve, prolongada un poco más en Los mercenarios 2. Ambos vuelven a coincidir en Plan de escape.
Ray Breslin, que dedica su vida a escaparse de cárceles para probar si son a prueba de fugas, acepta el reto de una agente de la CIA, que le propone encerrarle en una prisión de máxima seguridad de última generación, de localización indeterminada. El sitio resulta estar muy bien diseñado, teniendo en cuenta sus informes anteriores, y además, el alcaide no está al tanto de que Breslin no es un criminal. De esta forma, debe asociarse con Rottmeyer, uno de los reclusos, para poder salir.
El guión del debutante Miles Chapman y de Jason Keller –Blancanieves (Mirror, Mirror)– parte de un planteamiento clásico del subgénero de fugas que podría haber dado mucho más de sí, pues en un principio promete seguir los senderos de títulos como La gran evasión o La fuga de Alcatraz.
Pero el sueco Mikael Håfström (Kopps, 1408) no hace gala de una puesta en escena especialmente memorable. Además, los personajes acaban resultando un tanto planos, y el desarrollo demasiado convencional, con un final que se aparta mucho de los modelos que parecía imitar, y sigue más la línea de Rambo o Comando (1985), por citar dos grandes éxitos de ambos divos basados en los tiroteos superheroicos y las ensaladas de tortazos. (Decine 21 / Almudí JD) LEER MÁS