Dirección: Steven Soderbergh
Intérpretes: George Clooney, Brad Pitt, Matt Damon, Ellen Barkin, Al Pacino, Bernie Mac, Casey Affleck, Scott Caan, Elliott Gould, Shaobo Qin, Don Cheadle, Eddie Jemison, Andy García, Scott L. Schwartz, Carl Reiner, David Paymer, Julian Sands, Vincent Cassel.
Guión: Brian Koppelman, David Levien
Música: David Holmes
Fotografía: Steven Soderbergh
Distribuye en Cine: Warner
Duración: 122 min.
Género: Thriller
Golpe de honor
Danny Ocean y sus chicos están de vuelta. Y dispuestos a dar el golpe, faltaría más. La ocasión, honor de ladrones obliga, es reparar el daño ocasionado a su buen amigo Reuben, que había pactado con el todopoderoso Willie Bank llevar un super hotel y casino de lujo juntos. Bank, a pesar de pertenecer al club de los que han dado la mano a Frank Sinatra birla su parte del negocio a Reuben, a resultas de lo cual éste sufre un infarto que primero le pone al borde de la muerte, y luego le deprime.
Como Bank no atiende a las razones de Ocean para restituir lo robado, planea un golpe tan sofisticado al menos como las medidas de seguridad que tiene el lugar. La idea es lograr que en cierto momento todos los asistentes a la preinauguración empiecen a ganar en el juego; al tiempo deben bloquear un sofisticado sistema informático que mide las emociones corporales del público, lo que hace muy, muy difícil, hacer trampas.
Después del relativo fiasco que fue Oceans Twelve (al director le dio por incluir rarezas experimentales y bromas que sonaban a tomadura de pelo), Steven Soderbergh apuesta por un guión de hechuras clásicas la sofisticación tecnológica asociada al robo no debería ocultar este hecho, escrito por Brian Koppelman y David Levien, acertados fichajes para la saga.
De modo que una buena vertebración de la historia, emoción trepidante y sentido del humor, y buenas escenas para todos los actores, con líneas bien escritas, acentúan la atmósfera de camaradería masculina que caracterizan a la saga.
A un reparto estupendo, como es habitual, que parece habérselo pasado en grande y donde repiten casi todos (no están ni Julia Roberts ni Catherine Zeta-Jones), se suman Al Pacino, que compone a un villano que se hace odioso, y Ellen Barkin, manager del casino-hotel, que logra que no parezca que supera sobradamente los 50 añitos. Y se da alguna graciosa vuelta de tuerca, como la de convertir a Andy García en inesperado aliado del golpe. O la de traer para un cameo de postín a la célebre Oprah Winfrey, en un doble gag muy ingenioso.
Soderbergh sirve bien al guión, dando el film comercial y resultón que se espera que entregue, con buen ritmo, sin aburrir. Donde se permite alguna experimentación es en el encuadre y la planificación, y se nota su mano de gran cineasta en detalles pequeños pero que revelan talento, como en la escena en que Ocean y Rusty contaminan una habitación del hotel.
No hay "suspense", nadie duda de qué va a ocurrir, pero el espectador se deja atrapar por la gracia y encanto de lo que está viendo excelente producción y montaje, aun a sabiendas de que todo es irreal, tan irreal como las truculencias del guión, capaz de tragar con cualquier cosa porque a nadie le importa que al final las cosas no cuadren a la perfección si están tan bien presentadas, y servidas por un equipo encantador.
Una comedia ligera, sin pretensiones defecto en el que ha caído más de una vez este director, con un toque nostálgico. Una película hecha para recordar que Hollywood es una fábrica de sueños y que la clave del éxito está escrita hace mucho tiempo, que no hace falta inventar nada sino aprender de los maestros. Imágenes a suprimir: 1h22' (40''). Imágenes a valorar: 1h39'15'' (30''). (Aceprensa / decine21 / Almudí SC-JD)