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No tan duro de pelar

No tan duro de pelar

Drillbit Taylor
  • Valoración moral: Desaconsejable
  • Año: 2008
  • Dirección: Steven Brill
Dirección: Steven Brill
Intérpretes: Owen Wilson, Nate Hartley, Troy Gentile, Ian Roberts, Casey Boersma, Dylan Boersma.
Guión: Kristofor Brown, Seth Rogen
Música: Christophe Beck
Fotografía: Fred Murphy
Distribuye en Cine: Paramount
Duración: 102 min.
Género: Comedia

Guardaespaldas de instituto 


    Tres estudiantes de instituto -el regordete Ryan, el delgadísimo Wade y el diminuto Emmit- sufren el acoso continuo del gamberro Filkins. Hartos de pasarse el día corriendo o encajando golpes, deciden poner un anuncio en internet, en el que solicitan los servicios de un guardaespaldas. 

    Entre los que contestan se decantan por Drillbit, el más barato de todos, y que según él es un especialista en operaciones especiales. Drillbit -que oculta que en realidad es un desertor y vive como un vagabundo- se infiltra en el instituto, se hace pasar por un profesor, y así está siempre cerca de sus protegidos, para evitar que sufren daños. 

    Steven Brill tiene en su haber tres de las peores comedias de la década: Little Nicky, Mr. Deeds y De perdidos al río. Con semejante carta de presentación, no cabía esperar mucho de su nuevo trabajo. Pues bien, Brill confirma que no es un gran director, con una comedia absolutamente fallida, a pesar de que está producida por Judd Apatow, director de Virgen a los 40 y Lío embarazoso, que rompe las taquillas con cada proyecto en que se involucra. 

    Los filmes donde está Apatow se distinguen porque son completamente disparatados y contienen dosis de sal gruesa, pero también existe cierto esfuerzo por incluir algo de fondo, como en esta cinta sobre la mentira y la violencia. Pero los guionistas (Seth Rogen y Kristofor Brown, colaboradores habituales de Apatow), no se han esforzado nada por hacer que funcione su alocada premisa inicial. 

    Desde el momento en el que Drillbit asegura que es profesor y le ponen a dar clases, no se sabe por qué, el espectador sabe que no puede esperar ningún tipo de coherencia interna en el relato. Para colmo, las interpretaciones son histriónicas y exageradas. Muy baja calidad. No merece la pena verla.(Decine21 / Almudí JD-ES)