Dirección: Tony Gilroy
Intérpretes: George Clooney, Tom Wilkinson, Tilda Swinton, Sydney Pollack, Michael O'Keefe, Ken Howard.
Guión: Tony Gilroy
Música: James Newton Howard
Fotografía: Robert Elswit
Distribuye en Cine: DeAPlaneta
Duración: 119 min.
Género: Thriller, Drama
Problemas de conciencia
Debut como director del neoyorquino Tony Gilroy, memorable guionista de la saga de Bourne. Su opera prima afronta el tema de la abogacía, que ya había tratado como escritor en Pactar con el diablo.
Michael Clayton, abogado de mediana edad, trabaja como basurero para Kenner, Bach & Ledeen, un importante bufete de abogados de Nueva York. Su tarea consiste en lavar como sea los trapos sucios que puedan tener las empresas clientes de su firma. También tiene problemas el mismo Clayton en su vida personal, un auténtico caos, pues su mujer le pidió el divorcio y apenas le deja ver a su adorado hijo.
Además, es ludópata, y aunque quisiera volver a ejercer la abogacía tradicional, cansado de hacer trabajos en la sombra, sus superiores prefieren que siga en el mismo puesto. Le encargan ayudar a su amigo y colega Arthur Edens, que trabaja en un caso para la multinacional U/North, un cliente importante que se enfrenta a una demanda porque su producto presuntamente ha causado intoxicaciones.
Pero el estrafalario comportamiento de Edens, que sufre una crisis de conciencia que le lleva a identificarse con los demandantes, está causando una gran preocupación.
El reparto no podía ser más ajustado, sobre todo en lo referente al cuarteto protagonista, todos en papeles que le van al pelo. Clooney es sin duda la mejor opción para interpretar a un arreglador de problemas realista, claro y directo, con pinta de triunfador, pero en el fondo un fracasado.
Igualmente ideales son Tilda Swinton (ejecutiva sin escrúpulos de U/North), Tom Wilkinson (abogado arrepentido de sus malas acciones) y Sidney Pollack (jefe del bufete), que sorprendentemente casi no parece haber envejecido desde que interpretó en 1982 su personaje de Tootsie, una de sus películas.
Frente a otras películas de abogados, centradas en el caso que da pie a la trama, Michael Clayton pasa de puntillas por el asunto de la multinacional y desarrolla más las consecuencias de la corrupción y los problemas de conciencia del protagonista, así como las relaciones entre vida personal y ocupación profesional. Gilroy se perfila como un prometedor director, en un estilo que recuerda al de Steven Soderbergh, productor ejecutivo.
Pero es mucho mejor guionista, pues parte de un libreto propio, que en un primer momento parece enmarañado y oscuro, estilo Syriana, Confesiones de una mente peligrosa, El buen alemán, Solaris y otras películas de Clooney, pero en el que todos los cabos sueltos casan con aparente facilidad.
La cinta producida por Clooney, Soderbergh, Minghella y Sidney Pollack tiene una estructura circular que pretende insuflar originalidad a una historia no especialmente novedosa y aquejada de una cierta indefinición temática. A la vista de que el guión no es muy allá, se confía todo al tirón de un reparto excelente, en el que solo desentona un histriónico y encasillado Tom Wilkinson.
La fotografía de Robert Elswit (Buenas noches y buena suerte, Syriana) y la música de James Newton Howard (La intérprete, Diamante de sangre) dan aire a una película que de otro modo desfallecería. Imágenes y diálogos (S-): 26 56 a 2709; 2724 a 2730; 2746 a 2750.(decine21 / Aceprensa / Almudi MEG-CGB)