Contenidos: Imágenes (algunas S), Diálogos (varios D), Ideas (donación de esperma, fecundación artificial F)
Dirección y guion: Ken Scott. País: USA. Año: 2013. Duración: 103 min. Género: Comedia. Interpretación: Vince Vaughn (David Wozniak), Cobie Smulders (Emma), Chris Pratt (Brett), Andrzej Blumenfeld (Mikolaj), Simon Delaney (Victor), Bobby Moynihan (Aleksy), Dave Patten (Adam), Adam Chanler-Berat (Viggo), Britt Robertson (Kristen), Jack Reynor (Josh). Producción: André Rouleau. Música: Jon Brion. Fotografía: Eric Alan Edwards. Montaje: Priscilla Nedd-Friendly. Diseño de producción: Ida Random. Vestuario: Melissa Toth. Distribuidora: DeAPlaneta. Estreno en España: 29 Noviembre 2013.
Reseña:
Fecundidad
Vince Vaughn y Cobie Smulders son los protagonistas de “¡Menudo fenómeno! (Delivery man)”, remake de la comedia canadiense “Starbuck“. David Wozniak es un hombre que en su juventud se dedicó a donar esperma y que ahora se entera de que es el padre de 533 hijos, y que muchos de ellos quieren saber su verdadera identidad para conocerle.
El canadiense Ken Scott versiona para el público estadounidense su inesperado éxito Starbuck, lo que supone poner al frente del reparto a un actor popular, Vince Vaughn. En ¡Menudo fenómeno! se ciñe pues en líneas generales a su film original, que sigue a David Wozniak, un tipo que reparte carne en el negocio familiar, bastante mediocre y sin grandes ilusiones en la vida, aunque empieza a intuir que debería comprometerse en serio con su actual novia. Inesperadamente se entera de que su afición para donar esperma 20 años atrás, para sacarse unos dinerillos, ha dado el fruto inesperado de 533 hijos, 142 de los cuales desean conocer a su padre biológico. Tal hecho coincide con la noticia de que su novia está embarazada.
¡Menudo fenómeno! quiere ser una comedia amable, que plantea una situación extrema que invita a reflexionar acerca de la paternidad y de las consecuencias de las acciones personales, las decisiones que se toman influyen en uno mismo y en los demás. De modo que resulta entrañable que David aprenda a amar a su inesperada y numerosa prole.
El problema de la cinta es que al final todo es puro sentimentalismo, no hay un planteamiento mínimamente serio acerca de los dilemas éticos que plantea la fecundación artificial, en particular con la donación de esperma. La megapaternidad recién descubierta parece reducirse a que David hubiera fundado un gran club o algo así, y los socios-hijos sólo tuvieran motivos para estar enfervorizados. Este punto de vista bienintencionado pero superficial puede entenderse por el carácter de comedia de la cinta, pero el tema resulta lo suficientemente serio para que el espectador exigente pueda preguntarse si no se está trivializando demasiado a la hora de presentar casos límite no tan lejanos de la realidad. (Decine21 / Almudí JD) LEER MÁS