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Dirección: Fred Cavayé. País:Francia. Año: 2014. Duración: 90 min. Género:Acción, thriller. Interpretación: Vincent Lindon (Simon), Gilles Lellouche (Franck), Nadine Labaki (Alice). Guion: Fred Cavayé y Guillaume Lemans; basado en un argumento de Olivier Marchal. Producción: Cyril Colbeau-Justin, Sidonie Dumas y Jean-Baptiste Dupont. Música: Cliff Martinez. Fotografía: Danny Elsen. Montaje: Benjamin Weill. Diseño de producción: Philippe Chiffre. Vestuario: Marie-Laure Lasson.Distribuidora:A Contracorriente Films. Estreno en Francia: 5 Febrero 2014. Estreno en España: 12 Septiembre 2014
Reseña:
Testigo en apuros
Hace un tiempo que Simon dejó a tras su carrera de policía y ahora trabaja en una empresa de seguridad. Su vida se fue al traste cuando, borracho al volante, tuvo un accidente y mató a dos personas. Una temporada en la cárcel no ha servido para devolverle la paz y se siente incapaz de “llegar” hasta su mujer Alice y su hijo Théo, que le adora. Cuenta también con el afecto y el apoyo de Franck, su compañero de la policía, quien hace lo posible para que su amigo enderece su vida, reaccione, regrese del estado insensible en que se encuentra. Las cosas cambiarán cuando el pequeño Théo presencia un ajuste de cuentas de la mafia rumana. Su vida pende de un hilo.
Tras cambiar de tercio en la desdeñable comedia Los infieles, el francés Fred Cavayé vuelve en este film a lo que mejor sabe hacer: contar historias criminales con ritmo y atmósferas realistas en donde los personajes se ven sometidos a una presión que no pueden controlar. Así lo hizo en Cruzando el límite –de la que hubo una estimable versión hollywoodiense titulada Los próximos tres días– y en la adrenalítica Cuenta atrás. Ahora, en Mea culpa reúne a los dos actores de sus dos mejores películas –Vincent Lindon y Gilles Lellouche– y entrega un más que apañado thriller con bastante enjundia, gracias a un guión que atrapa e interesa, aunque el punto de partida se haya visto en multitud de ocasiones, la más célebre de ellas quizá en Único testigo.
Más allá de la acción, que la hay considerable, Cavayé crea una ambientación muy realista (las peleas son muy, muy verosímiles), y no sólo con esa fotografía apagada, nublada, sino en cuanto al interior de los personajes y las cuestiones que les mueven, esa “mea culpa” que los define. Y es que el trauma del protagonista es una constante que afecta a todos: a su colega Franck y, sobre todo, a su sufriente mujer Alice (magnífica la actriz y directora libanesa Nadine Labaki) y al chiquillo al que ha de proteger, de modo que además de intentar solucionar la angustiosa situación tiene por delante algo mucho más difícil: recuperar una vida echada a perder. Vincent Lindon es el perfecto actor para interpretar al traumado Simon, tipo de pocas palabras, pero de ideas claras; mientras que Gilles Lellouche convence cómo el amigo dispuesto a hacer lo que sea para no volver a perder a Simon. (Decine21 / Almudí JD) LEER MÁS