películas
Madre e hijo

Madre e hijo

Pozitia copilului
  • Público apropiado: Adultos
  • Valoración moral: Con inconvenientes
  • Año: 2014
  • Dirección: Calin Peter Netzer

Contenidos: Imágenes (48'20'' S), Diálogos (0'57''; 5'27'', 75'11''-78'51'' D)

Dirección: Calin Peter Netzer. País:RumaníaAño: 2013. Duración: 112 min. Género:Drama. Interpretación: Luminita Gheorghiu (Cornelia), Bogdan Dumitrache (Barbu), Ilinca Goia (Carmen), Natasa Raab (Olga), Florin Zamfirescu (Aurelian), Vlad Ivanov (Dinu). Guion: Razvan Radulescu y Calin Peter Netzer.Producción: Ada Solomon y Calin Peter Netzer. Fotografía: Andrei Butica. Montaje: Dana Lucretia Bunescu. Diseño de producción: Malina Ionescu. Vestuario: Irina Marinescu.Distribuidora:GolemEstreno en Rumanía: 8 Marzo 2013. Estreno en España: 23 Mayo 2014.

Reseña:

   Rumania, en la actualidad. Una fría noche de marzo, el perdido Barbu (Bogdan Dumitrache), de 32 años, atropella involuntariamente a un niño en bicicleta, que muere pocas horas después del accidente. Barbu conducía bastante por encima del límite de velocidad, de modo que seguramente le espera una pena de entre tres y quince años de prisión. 

 

   Pero su madre Cornelia (Luminita Gheorghiu) intenta salvar a su hijo por todos los medios, legales o no. Para ello, esta aguerrida arquitecta sexagenaria, casada con un mediocre alto funcionario, activa todos los resortes que le permite su pertenencia a la nueva clase dominante rumana.

 

   Oso de Oro y Premio Fipresci a la mejor película en el Festival de Berlín 2013, y ganador de ocho importantes premios Gopo —los Goya rumanos—, este melodrama de Calin Peter Netzer (“Maria”, “Medalia de Onofre”) confirma la buena forma del cine rumano en la última década. 

 

   Aquí destaca especialmente la sensacional interpretación de la veterana Luminita Gheorghiu, que echa sobre sus hombros la veracidad del duelo entre la madre dominadora y el hijo frágil, también muy bien encarnado por Bogdan Dumitrache. Por su parte, la hiperrealista puesta en escena prima el drama familiar sobre la intriga judicial o la denuncia política, lo que facilita su conexión con el espectador. 

 

   Una conexión que además se refuerza con la nada complaciente perspectiva ética que adopta el filme, muy crítica con la corrupción política y social en los países ex comunistas, y elogiosa de la toma de conciencia, aunque resulte dolorosa.

 

   A veces, la acción se dilata en exceso, la tragedia se extrema demasiado, la constante cámara en mano agota, los diálogos groseros irritan y el ritmo se torna plúmbeo. Pero, en general, las virtudes de este filme se imponen a sus defectos, hasta decantar en un desenlace memorable. (Cope J. J. M.)