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Los límites del control

Los límites del control

The Limits of Control
  • Público apropiado: Adultos
  • Valoración moral: Con inconvenientes
  • Año: 2009
  • Dirección: Jim Jarmusch
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Reseña:

Dirección: Jim Jarmusch
Intérpretes: Isaach De Bankolé, Alex Descas, Jean-François Stévenin, Óscar Jaenada, Luis Tosar, Paz de la Huerta, Tilda Swinton, Youki Kudoh, John Hurt, Gael García Bernal, Hiam Abbass, Bill Murray
Guión: Jim Jarmusch
Fotografía: Christopher Doyle
Distribuye en Cine: Universal
Duración: 116 min.
Género: Drama, Thriller

El profesional 

    A Jim Jarmusch le da por los silencios y lo abstracto y nos brinda una película sin estructura narrativa que no va a ninguna parte.

    Un tipo solitario, negro, con manías como la de pedir siempre dos cafés expreso en tazas separadas. Tiene encuentros con misteriosos personajes en aeropuertos y terrazas de bar. Mediante frases clave que permiten el mutuo reconocimiento intercambian mensajes cifrados contenidos en cajitas de cerillas. ¿A qué se dedica este hombre? 

    Misterio, no sabemos, pero intuimos que no se trata de una hermanita de la caridad, que su oficio es más bien siniestro, y precisa un absoluto dominio o control. Nuestro misterioso personaje se mueve por España: Madrid, Sevilla, un pueblo de Almería. La ejecución de su misión está cada vez más cerca, y la necesidad de relajación para no fallar es total. 

    Una película de atmósfera. Con uso inteligente y variado de la música, e imágenes recogidas por Christopher Doyle que dan a la geografía urbana y rural española un aspecto único, no muy distinto a sus otros filmes. En tal sentido, todo es muy Jim Jarmusch, aunque la trama y su estiramiento hasta las casi dos horas resultan caprichosos en exceso, y el entretenimiento cara a no agotarse parece consistir en reconocer lugares y actores. 

    El film conecta algo con Ghost Dog. El camino de samurai, en la mirada de un tipo disciplinado y frío, un lacónico Isaach De Bankolé, que hace lo que debe hacer, sin dejarse distraer más allá de lo imprescindible y punto. 

    Es el sentido, se supone, que tiene la insólita y surrealista presencia de la mujer desnuda que se cuela en el apartamento del protagonista, y ante la que éste mantiene la distancia justa. Se puede intuir que algo le gusta contemplar obras de arte en el Museo Reina Sofía, y que le atraen las guitarras, más allá de los múltiples usos que se pueden dar a sus cuerdas. 

    Los diálogos son escasos, a veces dar vueltas a ideas como el subjetivismo o el poder de la imaginación para justificar lo imposible. El desenlace, algo desconcertante, sugiere, tal vez, una crítica a la clase política estadounidense con una visión 'realista' -o sea, despreciativa hacia las personas- de las cosas (Decine21 / Almudí)