Contenidos: Imágenes (algunas V)
Dirección: Scott Derrickson. País: USA. Año: 2014. Duración: 118 min. Género: Terror, thriller sobrenatural. Interpretación: Eric Bana (Sarchie), Édgar Ramírez (Mendoza), Olivia Munn (Jen), Sean Harris (Santino), Joel McHale (Butler), Chris Coy (Jimmy). Guion: Scott Derrickson y Paul Harris Boardman; basado en el libro de Ralph Sarchie y Lisa Collier Cool. Producción: Jerry Bruckheimer. Música: Christopher Young. Fotografía: Scott Kevan. Montaje: Jason Hellmann. Diseño de producción: Bob Shaw. Vestuario: Christopher Peterson. Estreno en USA: 2 Julio 2014. Estreno en España: 5 Septiembre 2014.
Reseña:
El Mal
El sargento de policía Ralph Sarchie es uno de los mejores agentes del Bronx neoyorquino. Dotado de lo que él llama el “radar” para captar los casos más desesperados, trabaja en horas nocturnas con su colega Butler, aunque ello le supone descuidar el amor por su mujer y su pequeña hija.
Acostumbrado a ver lo peor de las personas, se topará con la petición de auxilio de una mujer maltratada por un marido aparentemente loco y acabará relacionando el caso con el del cadáver de un hombre encontrado en el sótano de una casa y con el de otra mujer demente que ha intentado asesinar a su bebé. Aunque para Sarchie no es más que un caso más, la llegada del padre Mendoza le hará dudar acerca del verdadero origen maligno de esos sucesos. ¿Y si el demonio fuera el responsable directo?
El director Scott Derrickson se ha ido especializando en filmes de terror, de componentes sobrenaturales. Su gran éxito ha sido El exorcismo de Emily Rose, que alcanzaba momentos espeluznantes y cuyo impacto ha sido comparado con El exorcista, sobre todo por su seriedad a la hora de tratar los temas demoniacos. Ahora, tras incidir en el mundo de los espíritus con la tétricaSinister, regresa a territorio seguro en Líbranos del mal, film que vuelve a centrar la cuestión en la posesión diabólica, para entregar una de esas historias que quieren hacer comprender al respetable que el Mal (así, con mayúsculas) existe verdaderamente. Se habla en el film del mal ordinario, cosa de hombres, para distinguirlo del mal primario, un horror que va mucho más allá de lo natural. Derrickson, coguionista del film, ha basado su historia en el libro escrito por el propio Ralph Sarchie, protagonista de la película, en donde narra su experiencia real.
Hay en Líbranos del mal una mezcla de géneros que gustará más a unos y menos a otros. Es una película de terror, qué duda cabe, pero está narrada al modo policiaco, pistola en mano –buen trabajo de Eric Bana–, un poco al estilo Seven, con una puesta en escena perpetuamente nocturna, propicia al susto fácil y al aire insano, con trama detectivesca un poco superficial. Salvando algunas escenas de estilo clásico, muy logradas –la niña, en su habitación con los peluches–, se aleja por tanto de otras películas de género “puro”, digamos, como Expediente Warren, por citar un ejemplo emblemático de buen cine de terror que trata con rigor temas espirituales desde el punto de vista católico.
Pero la forma narrativa de Líbranos del mal, esa acción con atmósfera de thriller oscuro, no puede despistar de su tema central: el demonio y su presencia en el mundo. También aquí Derrickson deja de lado cualquier frivolidad al hablar de la posesión diabólica, de la existencia de Dios, del bien y del mal, de la fe y del pecado, realidades y conflictos a las que han de enfrentarse personalmente el poli Sarchie y el sacerdote Mendoza, ambos hombres con miserias y fantasmas interiores. Para salir airoso de esa prueba hace falta humildad y tomar partido de una vez por todas, dirá el sacerdote, porque “un santo no es un hombre sin pecados sino alguien capaz de dar luz a los demás”.(Decine21 / Almudí JD) LEER MÁS