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Laurence anyways

Laurence anyways

Laurence anyways
Contenidos: Imágenes (varias X), Ideas (aceptación acrítica de la ideología de género radical, transexualismo  F)

Dirección y guion: Xavier Dolan. Países: Canadá y Francia. Año: 2012. Duración: 159 min. Género: Drama. Interpretación: Melvil Poupaud (Laurence Alia), Suzanne Clément (Fred Belair), Nathalie Baye (Julienne Alia), Monia Chokri (Stéfanie). Producción: Charles Gillibert, Nathanaël Karmitz y Lyse Lafontaine. Música: Noia. Fotografía: Yves Bélanger. Montaje: Xavier Dolan. Dirección artística: Colombe Raby. Vestuario: Xavier Dolan. Distribuidora: Avalon. Estreno en Francia: 18 Julio 2012. Estreno en España: 21 Junio 2013.

Reseña:

   Laurence Alia (Melvil Poupaud) es un profesor de Literatura de Québec que en su 30 cumpleaños declara su intención de convertirse en mujer, ante el alucine de sus amigos e incluso de su novia Fredérique, “Fred” (Suzanne Clément), que finalmente acepta permanecer a su lado durante todo el proceso de cambio. El próximo curso Laurence enseñará por primera vez Literatura en la piel de una mujer, dando la bienvenida a una nueva y peligrosa vida, en la que el peso del estigma social, el rechazo familiar y la incompatibilidad de la pareja acabará por dinamitar su vida.

   Tiene cierta fuerza visual e interpretativa este premiado tercer largometraje del joven actor y director de Québec Xavier Dolan (“J’ai tué ma mère”, “Les amours imaginaires”), de 24 años, el actual “enfant terrible” del cine canadiense, al que algunos han llegado a comparar con Douglas Sirk, Orson Welles, Todd Haynes, Pedro Almodóvar, Rainer Werner Fassbinder… Sea como fuere, “Laurence Anyways” es un culebrón larguísimo y espeso, que desborda los límites del melodrama y le resta veracidad con su onírico barroquismo y su caótico desarrollo narrativo, sólo aliviado por una aceptable selección de canciones más o menos emblemáticas de los años 90 del siglo pasado. En cualquier caso, lo que más pesa es su complaciente aceptación acrítica de la ideología de género más radical, que entiende la identidad sexual como algo cultural, de quita y pon, que uno se construye a su aire en cada momento —al margen de las evidencias biológicas— y en torno a la cual debe haber tolerancia total, cuando no reverencia absoluta, pues, como dice un personaje, “el único límite es el cielo”. Demasiado.(Cope J. J. M.)